Saitō Sanki (斎藤寒気,
1900-1962) fue un poeta japonés de haiku modernista,
destacado por su enfoque radical y vanguardista. Formó parte del
movimiento Shinkō Haiku (新興俳句,
"Haiku Nuevo"), que rompió con la tradición clásica del
haiku y lo convirtió en una forma de expresión más libre y
crítica.
Sanki abandonó las reglas tradicionales del haiku, incluyendo el
kigo (palabra de estación) y la métrica estricta de 5-7-5. Su
poesía refleja la turbulencia de la era Shōwa, con temas de guerra,
industrialización, alienación y opresión política.
Fue perseguido por el gobierno japonés durante la Segunda Guerra
Mundial debido a sus ideas progresistas y su participación en
círculos literarios de izquierda.
Estos haikus ilustran su estilo experimental y provocador:
Yakeato no hashi no ue naru kutsu no soko
Sobre el puente en las ruinas
la suela
de un zapato.
Uminari no naka yori kaeru uba-guruma
Desde el rugido del mar
regresa
un coche de bebé.
Koppu araeba / koppu no naka ni / sora ga aru
Lavo un vaso
y dentro del vaso
está el cielo.
Sanki publicó varias colecciones de haikus, como "Sakana
no Ha" (Escamas de pez, 1940) y "Haien"
(Llama de ceniza, 1952)
Enten o hōsha hibiwaretsutsu susumu
Bajo el sol ardiente
un cañón avanza
con grietas en su metal.
Bakugeki no machi ni tachitsukusu uma no kage
En la ciudad bombardeada
permanece inmóvil
la sombra de un caballo.
Entotsu no naka yori fuyu no hi ga ochiru
Desde la chimenea
cae el sol
de invierno.
Chikatetsu no hibiki no naka ni naku akago
En el eco del metro
llora
un bebé.
Hone oreshi yubi no saki yori mizu ga shitataru
Desde el dedo roto
gotea
el agua.
Michibata ni ningyō no me no ochite ari
Al borde del camino
el ojo de una muñeca
ha caído.
Suisō ni sakana no kage no yure tsuzuku
En la pecera
la sombra del pez
sigue temblando.
Futo mireba isu no ue naru kage ugoku
De repente miro
sobre la silla
una sombra se mueve.
Sanki transformó el haiku en un medio para reflejar la
dureza de la
realidad, sin
las limitaciones de la métrica o los temas tradicionales.
Jūkō no mukerare shi me no ugokazaru
Ante el cañón del rifle
los ojos
no se mueven.
Taoretaru hei no kuchi yori suna koboru
Del soldado caído
de su boca
cae arena.
Enten no sensha ni yakare hei ga tatsu
Bajo el sol ardiente
quemado por un tanque
un soldado se pone de pie.
Kōjō no naka o ayumeba abura no niou
Caminando en la fábrica
el olor
a aceite
Kabe ni kakaru tokei no naka o ari ga yuku
En el reloj de la pared
una hormiga
camina.
Yakeato ni korogaru chibusa hiroi keri
En las ruinas quemadas
un pecho
rueda por el suelo.
Yoru no michi kuroki neko no me hikare
En la calle nocturna
los ojos de un gato negro
brillan.
Kawaboko ni shizumu hikari o mite itari
En el fondo del río
observo
la luz hundirse.
Natsu no kumo garasu no naka ni tojikome
La nube de verano
atrapada
en el cristal.
Hito no kao sakana no metama o nite mitari
El rostro humano
y el ojo del pez
parecen lo mismo
Aozora e namari no tama o haku kijū
Hacia el cielo azul
las ametralladoras
escupen balas de plomo
Shinda hei no mukuro fumi yuku gunku kana
Las botas militares
marchan pisando
cuerpos de soldados muertos
Nozarashi no hagane herumetto haru no kusa
A la intemperie,
un casco de acero
entre la hierba de primavera.
Shōdo ni mo mado ari tsuki no sashiirinu
Incluso en la tierra quemada,
hay una ventana
donde entra la
luna.
Bakufū no ima sugishi hō / sawaru na yo
No toques mi mejilla,
aún siente el viento
de la explosión.
Sanki transformó el haiku en una herramienta para expresar el
horror de la guerra, el sufrimiento y la crítica social, alejándose
del tradicional enfoque en la naturaleza y la contemplación serena.
Su obra fue censurada durante la guerra, pero dejó una huella
profunda en la evolución del haiku moderno.