Luna de día,
cada vez más alto
la gaviota.
"Las mejores y más bellas cosas en el mundo no pueden verse, ni siquiera tocarse. Ellas deben sentirse con el corazón" Helen Keller.
Okada
Bunsui fue un poeta japonés conocido por su dominio del haiku.
Estuvo en activo a finales del siglo XIX y principios del XX y se
convirtió en una de las principales figuras en el desarrollo del
haiku moderno. Sus obras son admiradas por su sutileza, profundidad y
enfoque innovador de la estructura tradicional del haiku.
Los
haikus de Bunsui reflejan a menudo una profunda conexión con la
naturaleza, al tiempo que ahondan en temas como la vida y las
emociones humanas. Se vio influenciado por la tradición clásica del
haiku, pero trató de hacer evolucionar la forma, incorporando una
expresión más personal y nuevas perspectivas.
Takahashi
Awajijo (1890-1955) fue una destacada poetisa japonesa de haiku,
famosa por sus contribuciones a la literatura de haiku de principios
del siglo XX. Nacida en Kobe, comenzó a componer haiku en su
adolescencia. Tras completar su educación en la Escuela Femenina de
Ueno, en Tokio, se casó en 1913, pero su marido falleció al año
siguiente, poco antes del nacimiento de su hijo.
Tras esta
pérdida personal, Takahashi se dedicó más seriamente al haiku,
estudiando inicialmente con el estimado poeta Takahama Kyoshi y
participando activamente en la revista literaria «Hototogisu». En
1924, inspirada por un viaje por la región de Kansai y conmovida por
la vista de la isla de Awaji desde la bahía de Akashi, adoptó el
seudónimo de «Awajijo».
Al
año siguiente, se convirtió en discípula de Iida Dakotsu y se unió
al círculo literario «Kirimu».
Los haiku de Takahashi son
célebres por su elegancia y profundidad, y reflejan las influencias
de poetas como Matsuo Bashō y Yosa Buson. Sus obras a menudo
capturan la belleza efímera de la naturaleza y las sutilezas de las
emociones humanas.
Murió en 1955, a la edad de sesenta y cuatro años.
desolación invernal
lo que habla es
el pájaro enjaulado
guardando las agujas de fin de año
camino hacia el templo
entre ráfagas de nieve.
Las caderas de los niños
ligeramente dobladas -
actuación de muñecos de marionetas
día de la memoria del terremoto -
a la hora de comer mi corazón
está tan triste
buen tiempo de otoño -
el calor de la piel
de Jizo Bosatsu
Mar
de primavera.
todo el día, las olas
meciéndose
suavemente.
La fresca luz de la luna
acercándose a la
orilla,
el sonido de las olas.
Las glorias de la
mañana...
de día, ¿dónde esconden
sus tonos brocados?
Con todo el corazón
se enciende y vuela
la luciérnaga.
Lluvia
repentina
justo cuando termina
tu paraguas me encuentra.
Lavarme
el pelo.
Lavando también
mi corazón
Flor
de melocotón,
mi
ropa de todos los días
mi
corazón de todos los días
Vestido
de seda ligera
sin
anillo en mi dedo
desde...
Viviendo
en soledad,
temprano a la cama con la nieve
va la joven esposa.
A
la aldea montañosa,
de lejos han venido
los huéspedes de Año
Nuevo.
En
mi puerta,
niños de otros juegan
cantando canciones de pelota.
Hirahata
Seitō (1905-1997) fue un distinguido poeta japonés de haiku y
psiquiatra, originario de la prefectura de Wakayama. Nacido como
Tomijirō Hirahata, cursó estudios de medicina en la Universidad
Imperial de Kioto, especializándose en psiquiatría, y se licenció
en 1931. Su andadura poética comenzó en 1925, durante sus años
universitarios, colaborando en revistas de haiku como «Kyōkanoko»,
«Ashibi» y «Hototogisu». En 1933, junto a contemporáneos como
Inoue Shiro y más tarde Saitō Sanki, cofundó el grupo «Kyōdai
Haiku», situándose a la vanguardia del Movimiento Haiku de Nueva
Tendencia (Shinkō Haiku). Este movimiento buscaba infundir
sensibilidades modernas al haiku tradicional, desafiando las normas
establecidas.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial,
el gobierno japonés reprimió este movimiento vanguardista, lo que
llevó a la detención de varios poetas de haiku, entre ellos
Hirahata, en lo que se conoció como el «Incidente de la Persecución
del Haiku». Fue condenado a dos años de prisión, con suspensión
de la pena durante tres años. Tras la guerra, Hirahata colaboró con
notables poetas como Seishi Yamaguchi y Takako Hashimoto,
contribuyendo a la fundación de la revista de haiku «Tenrō» en
1948. Sus contribuciones literarias fueron reconocidas con
prestigiosos galardones, entre ellos el Premio Dakotsu en 1971 por su
colección de haiku «Tsubokoku» y el Premio de la Asociación
Moderna de Haiku en 1995.
Los haiku de Hirahata son célebres
por su profundidad y sus evocadoras imágenes.
Ito
Sachio (1864-1913) fue un poeta y novelista japonés del período
Meiji, conocido principalmente por su contribución al desarrollo del
tanka.
Nació en la prefectura de Chiba y su verdadero nombre era Ito Kōjirō. Fue discípulo de Masaoka Shiki, una figura clave en la modernización del tanka. Tras la muerte de Shiki, Sachio se convirtió en uno de los principales exponentes del movimiento Shikō-ha, que buscaba revitalizar el tanka dándole un tono más natural y directo.Su estilo poético se caracteriza por la sencillez, el realismo y una profunda emoción expresada en versos breves. Como líder del grupo Araragi, influyó en poetas posteriores como Saitō Mokichi y Yosano Akiko.
Además de su poesía, Ito Sachio también es recordado por su novela "Nogiku no haka" (1906, "La tumba del crisantemo silvestre"), una historia trágica de amor juvenil que tuvo gran impacto en la literatura japonesa.
En el año 1913 Sachio falleció de una hemorragia cerebral, dejando numerosos poemas y otras veintiocho obras entre novelas cortas y relatos.
Por ti salí
a los campos de primavera
a recoger brotes tiernos,
mientras sobre mis mangas
seguía cayendo la nieve.
A través del campo
bañado en luz púrpura,
te veo agitar la manga.
¿No lo verá el guardián de la pradera
cuando me despides así?
Desde lo alto de la montaña
en la cabecera del valle,
las olas de bambú
fluyen silenciosas
cuando el viento no sopla
El puente flotante
de los sueños en la noche primaveral
se desvanece...
como las nubes alargadas
que se separan en las cumbres.
Incluso en mis sueños
mi corazón sigue turbado,
pues hoy vuelvo a pensar
en esa persona indiferente
que no me corresponde.
Pensando en ti,
en un crepúsculo
otoñal y melancólico,
hasta el canto de los insectos
me llena de tristeza.
En el campo árido,
brilla el rocío en la hierba,
efímero y falso,
como los crisantemos
que florecen en la soledad.
Siguiendo el viento,
la mariposa de otoño
en el campo árido
busca su propia sombra
donde ya no hay flores
El viento pasa
por las hojas doradas,
y entre ellas
un pequeño pájaro
persigue su propia sombra.
En los campos
donde el otoño se va,
la hierba se inclina,
y en su sombra
cantan los insectos.
En el pueblo,
donde la luz de la luna
entra silenciosa,
una voz en la noche fría
rompe la soledad.
Cuando pienso,
siguiendo el viento triste,
veo la hierba del campo
doblarse en la brisa
cargada de rocío.
En la quietud del lago
donde se refleja
la vela blanca,
se oye el graznido de los patos
en la tarde de otoño
En los campos de otoño,
el viento susurra
sobre las flores silvestres,
un murmullo lejano
como su voz en mis recuerdos
En el crepúsculo,
las olas en la orilla
son como mi corazón:
van y vienen,
sin poder olvidar.
Entre los campos
donde florecen los crisantemos,
tu sombra sigue ahí,
como un eco
de aquel lejano otoño.
La brisa de primavera
sopla sobre el río—
las hojas flotan
como mis pensamientos,
lejos de mi alcance.
Los cerezos caen,
uno a uno en la brisa.
Así también
los días que pasamos
se desvanecen.
Lluvia en la noche,
golpea suave el tejado...
en mi corazón,
un eco de tus palabras
que nunca olvidaré.
En la orilla,
las olas susurran su historia.
Cada espuma blanca
parece una promesa
que se rompe al llegar.
Hattori
Ransetsu (1654-1707) fue un poeta japonés y una figura clave en el
desarrollo del haiku durante el periodo Edo. Se le conoce
sobre todo por ser uno de los discípulos de Matsuo Bashō y por su
contribución al refinamiento del haiku.
Los haikus de
Ransetsu se centraban en el mundo natural, explorando su belleza e
impermanencia. Sus obras se caracterizan por la sencillez, la
observación aguda y la calidad meditativa. Aunque no alcanzó la
misma fama que Bashō, fue muy apreciado por su estilo único y su
influencia en los poetas de haiku posteriores.
También era
conocido por sus habilidades en caligrafía y pintura, lo que le
convertía en un artista polifacético de la época. Su legado en la
poesía japonesa es significativo, especialmente en el contexto del
haiku, y sigue siendo una figura importante en el estudio de la
literatura japonesa moderna temprana.
ah... una mujer
que no puede tener hijos
cuida de una muñeca
luna de otoño -
el vapor se desliza sobre el agua
brillando
En el ciruelo
una flor, una flor que da
calor
Los
grillos en los pinos,
ni un solo «cri-cri».
Negro cuenco de té.
Noche helada,
la luna se oculta tras
las ramas de pino.
El viento pasa,
y un pétalo se cae
sobre el agua quieta.
La lluvia cae,
y el sonido de la hoja
se pierde en la nada.
Al alba,
el aroma del brote nuevo
envuelve mi alma.
El eco del
paso
en la calle vacía,
solo un cuervo grita.
En el horizonte,
el cielo y el mar se funden
la barca se pierde.
Bajo la luna,
el bambú se mueve lento;
el viento susurra.
Un solo
suspiro
entre las hojas secas,
la tarde se apaga.
En el estanque
quieto,
la flor de loto se abre
como un sueño puro.
Al borde del
agua,
la luna en su reflejo
nunca se queda.
En el campo vacío
solo el canto lejano
de una cigarra
El viento de otoño
mueve la persiana de bambú
también mi corazón.
El río fluye
pero su canto se pierde
entre las piedras.
Al caer el sol
el viento de verano
acaricia la piel.
Saitō Sanki (斎藤寒気, 1900-1962) fue un poeta japonés de haiku modernista, destacado por su enfoque radical y vanguardista. Formó parte del movimiento Shinkō Haiku (新興俳句, "Haiku Nuevo"), que rompió con la tradición clásica del haiku y lo convirtió en una forma de expresión más libre y crítica.
Sanki abandonó las reglas tradicionales del haiku, incluyendo el kigo (palabra de estación) y la métrica estricta de 5-7-5. Su poesía refleja la turbulencia de la era Shōwa, con temas de guerra, industrialización, alienación y opresión política.
Fue perseguido por el gobierno japonés durante la Segunda Guerra Mundial debido a sus ideas progresistas y su participación en círculos literarios de izquierda.
Estos haikus ilustran su estilo experimental y provocador:
la suela
de un zapato.
regresa
un coche de bebé.
y dentro del vaso
está el cielo.
Sanki publicó varias colecciones de haikus, como "Sakana no Ha" (Escamas de pez, 1940) y "Haien" (Llama de ceniza, 1952)
un cañón avanza
con grietas en su metal.
En la ciudad bombardeada
permanece inmóvil
la sombra de un caballo.
cae el sol
de invierno.
llora
un bebé.
gotea
el agua.
el ojo de una muñeca
ha caído.
la sombra del pez
sigue temblando.
Futo mireba isu no ue naru kage ugoku
sobre la silla
una sombra se mueve.
Sanki transformó el haiku en un medio para reflejar la dureza de la realidad, sin las limitaciones de la métrica o los temas tradicionales.
los ojos
no se mueven.
de su boca
cae arena.
quemado por un tanque
un soldado se pone de pie.
el olor
a aceite
Kabe ni kakaru tokei no naka o ari ga yuku
una hormiga
camina.
un pecho
rueda por el suelo.
los ojos de un gato negro
brillan.
observo
la luz hundirse.
Natsu no kumo garasu no naka ni tojikome
atrapada
en el cristal.
y el ojo del pez
parecen lo mismo
Aozora e namari no tama o haku kijū
las ametralladoras
escupen balas de plomo
Shinda hei no mukuro fumi yuku gunku kana
Las botas militares
marchan pisando
cuerpos de soldados muertos
Nozarashi no hagane herumetto haru no kusa
un casco de acero
entre la hierba de primavera.
Incluso en la tierra quemada,
hay una ventana
donde entra la luna.
Bakufū no ima sugishi hō / sawaru na yo
No toques mi mejilla,
aún siente el viento
de la explosión.
Sanki transformó el haiku en una herramienta para expresar el horror de la guerra, el sufrimiento y la crítica social, alejándose del tradicional enfoque en la naturaleza y la contemplación serena. Su obra fue censurada durante la guerra, pero dejó una huella profunda en la evolución del haiku moderno.