Morikawa Kyoroku (1656-1715)
Debutó en el mundo del haiku
con Kitamura Kingin. Formó parte de la escuela Danrin Haikai. Durante un viaje a Edo en 1691
estudió con Kikaku y Ransetsu.
Conoció a Basho en
Fukagawa. Como era un hombre con muchos talentos y seis artes (lanza, espada,
equitación, caligrafía, pintura y haikai), Basho le ofreció el nombre de haikai
de Kyoroku.
Estuvo muy cerca del maestro
en sus últimos años. Kyoroku incluso enseñó a Basho a pintar mejor, ya que él
mismo era un pintor experimentado de la escuela de pintura de Kano. También hay
algunas cooperaciones con poemas de Basho en pinturas de Kyoroku. El gran maestro de haiku escribió a su
alumno: "En pintura fuiste mi maestro; en poesía te enseñé y fuiste mi
discípulo. Las pinturas de mi maestro están impregnadas de tal profundidad de
espíritu y ejecutadas con una destreza tan maravillosa que nunca pude acercarme
a sus misteriosas profundidades”
Basho también escribió para él
Saimon no Ji (La puerta rústica), con todos sus secretos de la escritura del
haiku.
Cuando recibió la noticia de
la muerte de su amado maestro, Kyoroku cortó un cerezo, talló una estatua de éste
y se la envió a la poeta Kawai Chigetsu, muy cercana a Basho.
Estos son algunos de sus haikus:
¡Ah!
las glorias de la mañana
están
en su mejor momento mientras canto
mis
oraciones matutinas
Es el
amanecer
el
castillo rodeado
por el
graznido de los patos salvajes
En las
profundidades del agua,
moviendo
suavemente sus aletas,
una
carpa, soñando.
Un
viento frío,
sobre
arrozales verdes
sombras
de nubes.
La
primera cosa
que
toca la tempestad
el
espantapájaros.
Dormí
en la pieza
de un
daimyo
y
también hacía frío.
Ya
está en su mes
de dar
a luz, y aún va
a
plantar el arroz
la luz
de la mañana
las
primeras flores de la primavera
florecen
durante la noche
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