sábado, 5 de julio de 2025

 


Niji Fuyuno, nacida en Osaka en 1943 bajo el nombre de Junko Yotsuya, fue una destacada poeta y pintora japonesa. Su carrera artística comenzó en la pintura, donde expresaba su poesía a través de líneas y colores en espacios delimitados. Durante sus años universitarios, se sintió profundamente influenciada por la antología poética "Shinkokin-Shū" y las obras teatrales de Monzaemon Chikamatsu. Además, la lectura de "La poética del espacio" de Gaston Bachelard en japonés dejó una huella significativa en su enfoque creativo.

En 1987, junto a su esposo Ryu Yotsuya, fundó la revista "Mushimegane" dedicada a la difusión del haiku y otras formas poéticas japonesas. Fuyuno exploró ampliamente el haiku y el tanka, formas poéticas breves que, según ella, encapsulan "pequeños cosmos que otorgan una eternidad magnífica"

Entre sus publicaciones más destacadas se encuentra el libro bilingüe "Les Herbes m’appellent", una colección de haikus en francés y japonés coescrita con Ryu Yotsuya y el poeta francés Thierry Cazals. En esta obra, Fuyuno y Yotsuya tradujeron sus propios poemas al francés, logrando auténticas recreaciones que mantienen el espíritu y la claridad del original japonés.

Niji Fuyuno falleció en Tokio el 11 de febrero de 2002, dejando un legado poético que fusiona la sensibilidad japonesa con influencias occidentales, reflejando su profunda contemplación de los pequeños detalles de la vida cotidiana.



Dulce calor de primavera.
El ruido de las uñas que corto
y que caen.




Una sola hoja cae
en el tranquilo crepúsculo otoñal.
Un momento de paz.



Gotas de lluvia sobre la hierba
El sonido de cada una es claro,
pero fugaz como el tiempo.



La luna en el cielo
brillando suavemente, susurra-
Un secreto de la noche.




Caen los cerezos en flor,
el camino está suave de pétalos-
La brisa primaveral perdura.




Un momento tranquilo,
el lejano sonido del agua.
Ondulaciones en el crepúsculo.



El rocío de la mañana en las hojas,
la primera luz toca suavemente,
un nuevo día comienza.



Un cuervo solitario grazna fuerte,
el cielo se oscurece con la tormenta-
El mundo parece antiguo.



Arco iris de invierno -
dentro de la quietud,
los colores danzan.


Un nido de pajaritos
se balancean
como espejos en una feria.



De paso
tomo para mí
la luz del narciso.



En el cuarto oscuro de las fotos
dejo una postal
con un ciruelo en flor

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