sábado, 19 de agosto de 2023

Sei Shonagon, El libro de la almohada

 




Sei Shōnagon, (nacida hacia 966, Japón - fallecida hacia 1025, Japón), poeta y cortesana cuyo ingenioso y erudito Libro de la Almohada (Makura no sōshi) exhibe un brillante y original estilo de prosa japonesa y es una obra maestra de la literatura japonesa clásica. También es la mejor fuente de información sobre la vida de la corte japonesa en el periodo Heian (794-1185).

Se discute cuál era su nombre real, aunque la opinión más extendida es que se llamó Kiyohara Nagiko. Su sobrenombre está formado por la combinación de un título protocolario ("Shōnagon", tercer subsecretario de Estado) y un apellido familia ("Sei" es la pronunciación china del carácter con que se escribe la primera parte del apellido de la autora, "Kiyohara", que significa "campo puro")

. Sei Shōnagon era hija del poeta Kiyohara Motosuke y estuvo al servicio de la emperatriz Teishi (Sadako) en la capital de Heian-kyō (Kyōto) desde el año 993 hasta el 1000 aproximadamente. Poco se sabe de su vida fuera de su época en la corte.

Su Libro de la Almohada, que abarca ese periodo, consiste en parte en memorias vívidamente relatadas de sus impresiones y observaciones y en parte en categorías como "Cosas molestas" y "Cosas que distraen en momentos de aburrimiento", dentro de las cuales enumeraba y clasificaba a las personas, eventos y objetos que la rodeaban. La obra destaca por las sensibles descripciones de Sei Shōnagon sobre la naturaleza y la vida cotidiana y por su mezcla de sentimientos apreciativos y los juicios de valor desapegados, a veces cáusticos, típicos de una mujer sofisticada de la Corte.

Hacia el año 994, Sei Shonagon empezó a escribir el diario en el que, lejos de conformarse con anotar sus propias vivencias e inquietudes, ofrecía una sutil y amena descripción del mundo aristocrático al que por aquel entonces pertenecía, descripción plagada de humor e ingenio y enriquecida por la asombrosa libertad que exhibió la escritora a la hora de emitir juicios -a veces, bastante corrosivos- sobre sus contemporáneos. A esta agudeza crítica, Sei Shonagon añadía un admirable refinamiento estilístico y una brillante exhibición de su capacidad reflexiva, de la que extraía numerosos aforismos que aproximan su Makura no soshi al género del ensayo o del tratado. Y, simultáneamente, ofrecía en muchas partes del texto un exhaustivo catálogo de nombre de aves, flores, sensaciones, emociones, comportamientos humanos, accidentes geográficos y fenómenos naturales que, al tiempo que conformaban su visión del mundo y su experiencia vital, le permitían ensayar una división de la realidad circundante en dos grandes bloques: el de las cosas que dan placer y las cosas que desagradan.


El ingenio y la inteligencia de Sei Shōnagon le aseguraron un lugar en la corte de Teishi. Esas cualidades también le granjearon enemigos, como por ejemplo coetánea Murasaki Shikibu, quien declaró que Sei Shōnagon era engreída aunque reconocía su gran talento literario. Aunque era capaz de una gran ternura, Sei Shōnagon era a menudo despiadada en el despliegue de su ingenio, y mostraba poca simpatía por aquellos desafortunados cuya ignorancia o pobreza los hacía ridículos a sus ojos. Su habilidad para captar alusiones o para componer en un instante un verso exactamente adecuado a cada ocasión es evidente a lo largo de su Libro de la Almohada.

Posiblemente sea el nikki o diario íntimo más famoso de la literatura japonesa. También ha sido calificado como «tratado» porque, a lo largo de sus trescientos breves capítulos, además de descripciones de la vida de la corte, incluye partes enteras de aforismos y reflexiones muy cercanas al ensayo en las que la agudeza de la observación y el refinamiento estilístico se conjugan con la ironía y la libertad de juzgar.

El libro de la almohada o Makura no Sôshi, no es solamente un texto que relata con detalle minucioso y esa elegancia propia de los orientales, todo lo que acontece en la vida de la corte, incluyendo aspectos relativos a la naturaleza, las comidas, las costumbres... Es más que eso, primero por la espontaneidad y verdad con la que está escrito, ya que su autora no pretendía hacerlo público. Segundo, porque trasciende el género del diario o nikki, para convertirse en el inicio de un género nuevo, el zuihitsu, o ensayo misceláneo. No solamente cuenta lo que pasa, sino lo que piensa. Todo lo que en la cabeza de la dama Sei tenía alguna relevancia aparece incluido en el texto. El libro tiene, en su original, 301 anotaciones, divididas en misceláneas, diario propiamente dicho y ensayos. Por ejemplo:


En primavera, el amanecer. Cuando al insinuarse la luz sobre las colinas, los contornos se tiñen de un pálido rojo y purpúreos jirones de nubes flotan sobre las cimas.


En verano, las noches. No sólo las de luna brillante sino también las oscuras, cuando las luciérnagas revolotean, y aun las de lluvia, tan bellas.


En otoño, el atardecer. Cuando el sol resplandeciente se hunde cerca de la ladera de las colinas y los cuervos cruzan el cielo en grupos de tres o cuatro o de a dos, de vuelta a sus nidos; o las garzas en bandada se dispersan en el cielo distante. Cuando se oculta el sol, el corazón se conmueve con el sonido del viento y el zumbido de los insectos.

En invierno, las mañanas. Por cierto, bellas cuando ha caído nieve durante la noche, pero espléndidas también cuando el suelo está blanco por la escarcha; y, cuando no hay nieve ni escarcha y sólo hace mucho frío y las criadas corren de una habitación a otra atizando el fuego y cargando carbón, ¡qué bien se corresponde la escena con la índole de la estación! Pero al mediodía nadie se molesta por mantener los braseros encendidos y pronto sólo hay pilas de ceniza blanca”

Oscurece y casi no puedo seguir escribiendo y mi pincel está gastado. Sin embargo, yo quería agregar unas cosas antes de concluir.

Escribí estas notas en mi casa, cuando tenía mucho tiempo libre, y por lo tanto nadie se enteraba de lo que estaba haciendo. He incluido cuanto he visto y he sentido ya que mucho de lo que hay en él puede parecer maligno o aun perjudicial para otros, tuve cuidado de ocultarlo. Ahora se ha hecho público, que era lo último que yo podía esperar.”


Después de todo, lo escribí para divertirme y puse las cosas exactamente como ocurrieron. ¿Cómo podrían mis apuntes compararse con los muchos libros memorables que existen en nuestro tiempo? Los lectores han declarado, sin embargo, que puedo enorgullecerme de mi trabajo. Esto me sorprendió mucho, pero supongo que no es tan raro que a la gente le guste mi obra, porque como se desprenderá de estas notas, soy la clase de persona que aprueba lo que otros aborrecen y aborrece lo que les gusta. Piense lo que piense la gente de mi libro, todavía me arrepiento de que haya visto la luz.”


Entre las múltiples delicias que descubrimos en las detalladas listas de Sei Shonagon, encontramos…


Cosas que emocionan

-Encender un incienso muy bueno, y acostarme sola.

-Lavarme el cabello, maquillarme y vestir un kimono perfumado. En este caso me siento feliz y noble, aun cuando nadie me observe.

-Una noche que espero a mi amante, al escuchar el ruido de la lluvia en mi puerta y el golpeteo del viento, sin motivo y de repente me sobresalto.


Nubes

Me encantan las blancas, purpúreas y negras nubes, y las nubes de lluvia cuando las lleva el viento. Es encantador al amanecer ver las oscuras nubes que poco a poco se vuelven blancas. Creo que esto ha sido descrito en un poema chino que dice algo sobre “los tintes que se retiran al amanecer”. Es conmovedor ver pasar un tenue jirón de nube sobre la luna brillante.


Cosas odiosas

-Un admirador llega en visita clandestina, el perro lo avista y ladra. Una desearía matar al animal.

-La elegancia de la despedida influye enormemente en el apego que tengamos por un caballero. Si salta de la cama, ronda por la habitación, se ajusta demasiado el cinto, se arremanga y se llena el pecho con sus pertenencias, asegurando enérgicamente su cinturón, comenzamos a odiarlo.

-Me he acostado y estoy por adormecerme, cuando se presenta un mosquito, con estridente zumbido. Y hasta me parece sentir la corriente que levanta con sus alas. Aun sabiendo que es un ser insignificante, lo encuentro detestable.


Cosas encantadoras

-Los objetos que se utilizan al jugar con muñecas de papel.

-Arrancar las hojas pequeñas de un loto que flota en el estanque.

-Las hojas de la malva pequeña son también deliciosas. Cualquier cosa, si es diminuta, resulta grata.

-El rostro de un niño dibujado en un melón.

-Un pequeño gorrión que viene saltando al imitar alguien el chillido de un ratón.

-También es delicioso cuando al atar a un gorrioncito con un hilo, sus padres le traen insectos o lombrices y se los entregan en el pico.

-Una niña a la que están cortando los cabellos como a una monja, de manera que los ojos quedan cubiertos, despeja su cara sin usar las manos, inclinando su cabeza a un costado pues quiere ver algo. Realmente encantador.

-Ver los tasukigake blancos y limpios de las niñas, ¡qué agradable sensación!

-Un paje de Palacio, todavía muy joven, camina con traje de ceremonia.

-Pollitos blancos con largas patas caminan de una manera graciosa; parecen vestidos con kimono demasiado cortos, pían muy fuerte, y van tras las personas o rodean a la gallina. Ver esto es sumamente grato.

-La flor de clavel silvestre.


Como dijo Octavio Paz “el Makura no Sōshi nos descubre un mundo milagrosamente suspendido en sí mismo, cercano y remoto a un tiempo, como encerrado en una esfera de cristal”.

Sei Shonagon, junto a Murasaki Shikibu e Izumi Shikibu, conforman un trío fundamental en el florecimiento de la cultura japonesa de la época.

Las mujeres escribieron los primeros relatos autobiográficos de Japón, y quizás de Asia, en diarios y memorias, así como escritos misceláneos compuestos por poemas, listas, observaciones y ensayos personales durante la era Heian (794-1185 de la era cristiana). Por esta razón, los japoneses pueden reclamar de forma exclusiva una edad de oro literaria dominada por las mujeres.




https://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=sei-shonagon

https://www.wakapoetry.net/tag/sei-shonagon/

https://mascaviar.wordpress.com/2009/07/28/las-listas-de-sei-shonagon/

Shively, Donald H. y William H. McCullough, eds. The Cambridge history of Japan, vol. 2, Heian Japan. Cambridge (Reino Unido): Cambridge University Press, 1999.

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