jueves, 9 de enero de 2020



Ishibashi Hideno

Cerezo, Sakura, Flores, Japón, Color De Rosa, K

El 19 de febrero de 1909 nacía en Nara (Japón) Yabu Hideno.
Empezó a escribir haiku siendo una niña, con doce o trece años, imitando a su hermana mayor. Pronto se trasladó a Tokio para matricularse en la prestigiosa escuela Bunka Gakuin, y allí aprendió haiku de la mano de Takahama Kyoshi y tanka con Yosano Akiko. Cuando se graduó, y al no existir el curso de haiku como tal en la universidad, convenció a Kyoshi para que valorara sus haikus en su tiempo libre.

kanbai ya tsubomi fureau hono akari

los brotes de ciruela en flor de invierno
tocándose entre sí
                                                       en el crepúsculo

Se casó en 1929 con Yamamoto Kenkichi, crítico de haiku, y sus primeros nueve años de matrimonio fueron tan tempestuosos que no escribió ni un solo poema.
Fue en 1938 cuando se decide a asistir a las reuniones de haiku que organizaba Yokomitsu Richii, y se reaviva su interés por volver a escribir. Unos años más tarde, en 1945, da a luz a una niña y se traslada con su marido a la ciudad de Matsu, en la costa del Mar de Japón.
Fue allí donde la tuberculosis, que había contraído algún tiempo antes, comenzó lentamente a mostrar sus primeros síntomas.

natsu no tsuki hai kuetsutsu mo nemuru naru

la luna de verano...
mis pulmones siguen
desmoronándose mientras duermo


Un año más tarde su marido consigue un trabajo como reportero en un periódico en Kyoto y la familia se traslada de nuevo.
Su tuberculosis empeoró y no había ningún medicamento eficaz para tratarla, debido principalmente a las penurias de la posguerra.


akagari ya ii hori nakeba saru no kao

manos agrietadas
y no hay arroz...
Lloro con la cara de un mono


En 1947 no puede superar su enfermedad y muere el 26 de septiembre, a la edad de 38 años. Su hija apenas tenía 2 años.

hadakago wo hitori eshi nomi reihai su

un bebé desnudo
es todo lo que tengo
y rezo

Sakura koku”(El cerezo florece profundamente) publicado en 1949 por su marido es el único libro escrito por Ishibashi Hideno. El contenido fue seleccionado originalmente por Hideno y fue editado por su marido después de su muerte. El libro incluye doce ensayos y unos 260 haikus. "Realmente siento", dijo Yamamoto, "que los haikus comenzaron con Bashō y terminaron con Hideno ".
Sakura koku” fue el primer libro en recibir el Premio Kawabata Bōsha, que se convirtió en uno de los más altos honores del haiku.


tōrō no chi wo haeba chi ni ikarikeri

la mantis
que se arrastra por la tierra
gruñe en la tierra



ya dono kao mo mono iwade yuku

cigarras al anochecer...
cada cara pasa
sin decir una palabra



hebi no o ya yamasaka mono no koe hisome

cola de serpiente...
todas las cosas en la ladera
callan la voz



hoshi sumeba kan’ya no kion sude ni naku

claro cielo estrellado
en una noche helada, después de los aviones
el rugido se ha desvanecido



aki atsushi seishō sude ni naki bō ni

El sol caliente del otoño...
en ningún lugar de su gorra militar
titilan las estrellas

Después del fin de la guerra, algunos ex soldados japoneses usaban gorras del ejército después de quitarse las estrellas que mostraban su rango.


kōmō ni harou utateki haru no ame

a un pelirrojo
"¡Hola!"- ¡qué deprimente es
esta lluvia primaveral!

Los niños japoneses hambrientos, cuando veían a los soldados del Ejército de Ocupación en la calle, los llamaban en inglés, esperando recibir un poco de chocolate o chicle.


koke saku ya hotoke usururu ishi no omo

musgos en flor...
el Buda desapareciendo
de la superficie de la piedra




wakuraba no uzu ni nori yuku hayasa kana

esa hoja enferma
caída en un remolino...
¡qué rápido se aleja flotando!



yuku aki ya fukumite mizu no yawarakaki

saliendo del otoño...
el agua se siente
más suave en la boca



ochiba shite katai ni yowai nakarikeri

las hojas han caído...
un mendigo
sin edad



kaze saete uo no hara saku onna no te

en el viento helado
las manos de una mujer
partiendo el vientre de un pez


shungyō no waga haku mono no hikari sumu

en los albores de la primavera
algo que he escupido fuera
brilla con serenidad


gaganbo ni netsu no te wo nobe rachi mo nashi

a un papá de piernas largas
mi mano febril
se extiende sin ningún motivo


ōyūyake okan ni narasu ha nijūmai

glorioso atardecer...
sintiendo un escalofrío,
mis dientes, veinte en total, tintinean


hi no yōna tsuki no de hanabi uchi owaru

la luna ardiente se eleva,
el espectáculo de fuegos artificiales
ha llegado a su fin



semi shigure ko wa tansōsha ni oitsukezu

las estridentes cigarras suenan como lluvia-
mi hija no llega
a la silla de ruedas


Escrito el 21 de julio de 1947, cuando fue ingresada por última vez en el sanatorio. Este fue el último haiku de Hideno, ya que sus médicos le prohibieron escribir.


  • Los haikus originales han sido traducidos al inglés por el profesor Makoto Ueda.


Leticia Sicilia, 2020 ©







2 comentarios:

  1. Gracias amiga, una vez más, por ponernos en contacto con la vida y la sensibilidad de una haijin japonesa.
    Me ha apenado comprobar lo efímero de su vida, atravesada por la guerra y por su enfermedad. Pero comprobar también que en medio de esa tragedia pudiera ser el haiku el que la rescate de alguna manera y entregar a la posteridad esta belleza que la poesía intensamente sentida y vivida es capaz de alcanzar.

    Esa hoja enferma
    caída en un remolino...
    ¡qué rápido se aleja flotando!

    Pareciera que la propia Ishibashi Ideno fuera la protagonista de este haiku...
    ¿Intuición, premonición, certeza...?

    Otro gracias, amiga, por tan impecable labor. Y por compartir.

    Lo mejor para ti.
    Un gran abrazo.


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    Respuestas
    1. Gracias por detenerte a leer Juan Carlos. Este es un humilde reconocimiento a una mujer muy especial que nos ha dejado haikus realmente hermosos a pesar de la vida que le tocó vivir.

      Un cariñoso abrazo.

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