Saishū Onoe fue un destacado poeta
japonés de tanka, calígrafo y figura literaria durante los periodos
Meiji tardío, Taishō y Shōwa temprano.
Nació en 1876, en la
prefectura de Okayama (Japón) Falleció: en 1957.
Saishū
Onoe fue una figura destacada en el desarrollo y modernización del
tanka, una forma tradicional de poesía japonesa. Formó parte del
grupo literario que siguió a Masaoka Shiki, el modernizador de la
poesía haiku y tanka.
En 1900, fundó la revista de tanka
«Shii no Moto» (Bajo el árbol pagoda), que se convirtió en una
importante plataforma para la poesía tanka moderna.
Además de su
obra literaria, Onoe fue un maestro de la caligrafía.
Contribuyó
significativamente al arte del shodō (caligrafía japonesa),
integrando poesía y estética visual. Su obra a menudo combinaba la
refinada técnica del pincel con la expresión poética.
Saishū
fue mentor de muchos estudiantes que más tarde se convirtieron en
influyentes poetas y artistas.
Fue profesor en la Gakushūin
(Escuela de los Pares) y en otras prestigiosas instituciones.
Saishū
Onoe es recordado por ayudar a modernizar la poesía tradicional
japonesa manteniendo su belleza clásica.
Su influencia se
extendió a la educación, el arte y la literatura, lo que le
convirtió en un polifacético contribuyente a la cultura japonesa
moderna.
Bañada por la luz
de principios
de verano,
una flor de correhuela
se despliega en plena
floración-
la quietud de la colina.
En la bruma primaveral,
suave con
recuerdos profundos,
miro y dejo
mi corazón vagar
a través
del día que pasa
Mientras estoy de pie
con el viento
de otoño
perdido en mis pensamientos,
incluso el cielo, donde
las nubes van a la deriva,
se siente impregnado de soledad.
Me detengo en seco
al oír la
campana
al anochecer-
sola,
en la quietud de una estrecha
callejuela.
En una noche de primavera,
el peso
del pensamiento
es difícil de soportar-
tantas cosas
que no
puedo compartir
Como aquellos de antaño,
yo también
vendré-
en tiempos venideros,
¿cómo soportaré
mi anhelo
por ti?
Solo vengo
en una noche de primavera
a ver
cerezos de montaña-
la luz de la luna se cuela entre
las
enmarañadas flores.
Viendo las flores de cerezo
caer en
gracia fugaz-
tal fugacidad
tiñe mi corazón
como una
tranquila lluvia interior.
Incluso la voz
del viento de la
tarde
me atraviesa-
¿qué puedo hacer
con este yo
solitario?

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