Shuson Kato nació como Takeo Kato en 1905, pero esta figura venerada y profundamente querida en el mundo del haiku siempre fue referida como Shuson.
Su padre trabajaba para los
ferrocarriles, y esto significaba que la familia Kato siempre cambiaba de casa
a medida que su cabeza ascendía a otros puestos. Los padres se convirtieron al
cristianismo y Takeo fue bautizado a los 13 años.
Durante su juventud no
escribió haiku pues le atraía más escribir tanka. Pero dos veces al mes comenzó
a tomar clases con Shuoshi Mizuhara, y éste le animó a escribir haiku viendo el
gran talento que Kato tenía.
Sólo un año más tarde de su
comienzo en el haiku recibió su primer premio en una revista literaria. Shuson
(como deberíamos llamarlo ahora) se había casado en 1929 y tenía tres hijos.
Con la generosa ayuda de Shuoshi, ingresó en la Tokyo Bunrika Daigaku (la
actual Universidad ultramoderna de Tsukuba) como estudiante de primer año de
literatura japonesa. En 1939, a la edad de 34 años, de nuevo con el estímulo de
Shuoshi, publicó su primera colección de haiku, Kanrai ('Trueno de invierno'),
y al año siguiente, con el éxito de este primer libro, fundó su propia revista
de haiku que llevaba el mismo nombre que su colección, Kanrai, y en la que
imprimiría los primeros trabajos de algunos de los poetas de haiku
contemporáneos más admirados, como Kaneko Tota y Ando Tsugio.
mato
una hormiga
y me
doy cuenta de que mis tres hijos
han
estado observando.
En 1957, se publicó una primera edición recopilada de las obras de Shuson. Pero el poeta cayó enfermo en 1960 y fue operado del pecho, presumiblemente de tuberculosis. Sin embargo, siguió escribiendo haiku. Como él mismo dijo: "Sin mis haikus no soy nada. Sólo vivo para el haiku y sólo el haiku me mantiene vivo". Su fe en el poder curativo de la poesía era tal que se fue recuperando poco a poco.
cuando
pregunto por el camino
el
carril se llena
de
niños medio desnudos
A partir de 1970, fue
contratado por el periódico Asahi para ser uno de los jueces de las
presentaciones para la página semanal de haiku, que cada semana atraía miles de
entradas de todo Japón. Shuson también ganó muchos premios por su obra, como el
de la Academia de Arte de Japón y el Premio Asahi de Poesía. La obra de su vida
se vio coronada por la publicación de su obra completa en Kodansha (1980-82).
En abril de 1993 cayó enfermo,
pero volvió a recuperarse y comenzó la ardua tarea de elegir los poemas
semanales para el Asahi. Desgraciadamente, el 20 de junio perdió el
conocimiento y falleció el 3 de julio. Se dice que incluso mientras yacía
inconsciente movía sus dedos en la forma típica de contar sílabas de todo poeta
de haiku, doblando los dedos hacia la palma de la mano y soltándolos de nuevo
uno a uno.
los
ojos del faisán
que se
venden en
en el
mercado
templo
en el viento
una
moneda resuena
en una
caja de recaudación
cuando
me quito el sombrero
la
noche azul se extiende
el
cielo de invierno
las
nubes se acumulan
ciudad
de cenizas
hasta
donde alcanza la vista
el
hombre de los impuestos derramando sudor
y el
profesor sin dinero
estallan
juntos en carcajadas
la
hoja muerta
por
fin toca el suelo
el
tiempo en cámara lenta
después
de la muerte
dos
metros bajo la escarcha
será
suficiente para mí
lo que
le queda a mis hijos
ya no
se ajusta a mí,
nuevo
calendario
hasta
que se convierta en
en un
trapo para el suelo
mi
viejo kimono de verano
Hojas
que caen
sin
descanso - no te apresures
no te
apresures tanto.
truenos
de pleno invierno
sacudiendo
el cristal
en el
corazón de la noche
hombres
y ovejas
vuelven
a engordar
el
mijo está maduro
el
azul del monte Fuji
en
todos los lados
cubierto
por la niebla
los
árboles se pierden en la bruma
un
destello lejano
se convierte en una garza
¡Qué belleza, Leti!
ResponderEliminarGracias por compartir parte de la vida y obra de este otro gran haijin moderno.
Hojas que caen
sin descanso - no te apresures
no te apresures tanto.
¡Excelente!
Un gran abrazo, amiga.
Gracias amigo, me alegra que te haya gustado este aporte.
EliminarUn abrazo grande.
Muy buen trabajo, Leti, me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir estas joyas.
Un abrazote
Gracias a ti por pasar por aquí y leerlo.
EliminarUn gran abrazo.
Como siempre,un placer Leti, gracias por volver al ruedo y compartir tu trabajo generoso
ResponderEliminarGracias a ti Rosalía, besos.
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