Ishibashi Hideno
El 19 de febrero de 1909 nacía en
Nara (Japón) Yabu Hideno.
Empezó a escribir haiku siendo una
niña, con doce o trece años, imitando a su hermana mayor. Pronto se
trasladó a Tokio para matricularse en la prestigiosa escuela Bunka
Gakuin, y allí aprendió haiku de la mano de Takahama Kyoshi y tanka
con Yosano Akiko. Cuando se graduó, y al no existir el curso de
haiku como tal en la universidad, convenció a Kyoshi para que
valorara sus haikus en su tiempo libre.
kanbai ya tsubomi fureau hono
akari
los brotes de ciruela en flor de
invierno
tocándose entre sí
en
el crepúsculo
Se casó en 1929 con Yamamoto
Kenkichi, crítico de haiku, y sus primeros nueve años de matrimonio fueron tan
tempestuosos que no escribió ni un solo poema.
Fue en 1938 cuando se decide a asistir
a las reuniones de haiku que organizaba Yokomitsu Richii, y se
reaviva su interés por volver a escribir. Unos años más tarde, en
1945, da a luz a una niña y se traslada con su marido a la ciudad de
Matsu, en la costa del Mar de Japón.
Fue allí donde la tuberculosis, que
había contraído algún tiempo antes, comenzó lentamente a mostrar
sus primeros síntomas.
natsu no tsuki hai kuetsutsu mo
nemuru naru
la luna de verano...
mis pulmones siguen
desmoronándose mientras duermo
Un año más tarde su marido consigue
un trabajo como reportero en un periódico en Kyoto y la familia se
traslada de nuevo.
Su tuberculosis empeoró y no había
ningún medicamento eficaz para tratarla, debido principalmente a las
penurias de la posguerra.
akagari ya ii hori nakeba saru
no kao
manos agrietadas
y no hay arroz...
Lloro con la cara de un mono
En 1947 no puede superar su enfermedad
y muere el 26 de septiembre, a la edad de 38 años. Su hija apenas
tenía 2 años.
hadakago wo hitori eshi nomi reihai su
un bebé desnudo
es todo lo que tengo
y rezo
“Sakura koku”(El cerezo florece
profundamente) publicado en 1949 por su marido es el único libro
escrito por Ishibashi Hideno. El contenido fue seleccionado
originalmente por Hideno y fue editado por su marido después de su
muerte. El libro incluye doce ensayos y unos 260 haikus. "Realmente
siento", dijo Yamamoto, "que los haikus comenzaron con
Bashō y terminaron con Hideno ".
“Sakura koku” fue el primer libro
en recibir el Premio Kawabata Bōsha, que se convirtió en uno de los
más altos honores del haiku.
tōrō no chi wo haeba chi ni
ikarikeri
la mantis
que se arrastra por la tierra
gruñe en la tierra
ya dono kao mo mono iwade yuku
cigarras al anochecer...
cada cara pasa
sin decir una palabra
hebi no o ya yamasaka mono no koe
hisome
cola de serpiente...
todas las cosas en la ladera
callan la voz
hoshi sumeba kan’ya no kion sude ni
naku
claro cielo estrellado
en una noche helada, después de los
aviones
el rugido se ha desvanecido
aki atsushi seishō sude ni naki bō
ni
El sol caliente del otoño...
en ningún lugar de su gorra militar
titilan las estrellas
Después
del fin de la guerra, algunos ex soldados japoneses usaban gorras del
ejército después de quitarse las estrellas que mostraban su rango.
kōmō ni harou utateki haru no ame
a un pelirrojo
"¡Hola!"- ¡qué
deprimente es
esta lluvia primaveral!
Los
niños japoneses hambrientos, cuando veían a los soldados del
Ejército de Ocupación en la calle, los llamaban en inglés,
esperando recibir un poco de chocolate o chicle.
koke saku ya hotoke usururu ishi no
omo
musgos en flor...
el Buda desapareciendo
de la superficie de la piedra
wakuraba no uzu ni nori yuku hayasa
kana
esa hoja enferma
caída en un remolino...
¡qué rápido se aleja flotando!
yuku
aki ya fukumite mizu no yawarakaki
saliendo del otoño...
el agua se siente
más suave en la boca
ochiba shite katai
ni yowai nakarikeri
las hojas han caído...
un mendigo
sin edad
kaze saete uo no hara saku onna no
te
en el viento helado
las manos de una mujer
partiendo el vientre de un pez
shungyō no waga haku mono
no hikari sumu
en los albores de la primavera
algo que he escupido fuera
brilla con serenidad
gaganbo ni netsu no te wo nobe
rachi mo nashi
a un papá de piernas largas
mi mano febril
se extiende sin ningún motivo
ōyūyake okan ni narasu ha nijūmai
glorioso atardecer...
sintiendo un escalofrío,
mis dientes, veinte en total,
tintinean
hi no yōna tsuki no de hanabi uchi
owaru
la luna ardiente se eleva,
el espectáculo de fuegos artificiales
ha llegado a su fin
semi shigure ko wa tansōsha ni
oitsukezu
las estridentes cigarras suenan como
lluvia-
mi hija no llega
a la silla de ruedas
Escrito
el 21 de julio de 1947, cuando fue ingresada por última vez en el
sanatorio. Este fue el último haiku de Hideno, ya que sus médicos
le prohibieron escribir.
- Los haikus originales han sido traducidos al inglés por el profesor Makoto Ueda.
Leticia
Sicilia, 2020 ©
Gracias amiga, una vez más, por ponernos en contacto con la vida y la sensibilidad de una haijin japonesa.
ResponderEliminarMe ha apenado comprobar lo efímero de su vida, atravesada por la guerra y por su enfermedad. Pero comprobar también que en medio de esa tragedia pudiera ser el haiku el que la rescate de alguna manera y entregar a la posteridad esta belleza que la poesía intensamente sentida y vivida es capaz de alcanzar.
Esa hoja enferma
caída en un remolino...
¡qué rápido se aleja flotando!
Pareciera que la propia Ishibashi Ideno fuera la protagonista de este haiku...
¿Intuición, premonición, certeza...?
Otro gracias, amiga, por tan impecable labor. Y por compartir.
Lo mejor para ti.
Un gran abrazo.
Gracias por detenerte a leer Juan Carlos. Este es un humilde reconocimiento a una mujer muy especial que nos ha dejado haikus realmente hermosos a pesar de la vida que le tocó vivir.
EliminarUn cariñoso abrazo.