KIKUSHA-NI UN ESPÍRITU LIBRE



田上菊舎 TAGAMI KIKUSHA (KIKUSHA-NI): 
 UN ESPÍRITU LIBRE

   Nace en Nagato, hoy Yamaguchi, en agosto de 1753. Sus padres, Tagami Yoshinaga y su esposa Tane, eligen para ella el nombre de Michi. Recibió una exquisita educación pues fue la única hija del matrimonio hasta el nacimiento de su hermano, cuando ella tenía dieciséis años. A esa edad Michi se casa con el hijo de una influyente familia de su mismo pueblo. Ocho años más tarde el esposo muere. Como la pareja no tuvo hijos, Michi adopta uno en solitario y regresa al hogar paterno. 
   Poseedora de gran creatividad, se dedica a distintas disciplinas artísticas como pintura, caligrafía y poesía, practica el kanshi, poesía china y haiku, demostrando tener buenas cualidades para todas ellas.


Kanko sae kikanu hi mo ari hitoritabi 

Algunos días
ni siquiera el cuco llama
a esta viajera solitaria


   A los veinticinco años y negándose a contraer un nuevo matrimonio abandona la casa familiar y se convierte en monja budista. Recibe el nombre de Kikusha (choza de crisantemos) de la mano de su maestro Sankyoo.
   De carácter independiente y fuerte, su deseo innato de aventura y exploración la llevan a emprender una serie de viajes que suponen una búsqueda tanto a nivel artístico como espiritual. El hecho de ser monja budista favoreció su libertad de movimientos por el país. En 1780 comienza un recorrido por el norte de Japón, realizando el mismo itinerario que el poeta Bashô (a quien admiraba profundamente) pero en sentido inverso. Éste sería el primero de muchos por todo el país y tuvo una duración de cuatro años. Los haiku y tanka que escribe durante este periplo evocan muchas veces a los del maestro. Miembro de la escuela de haiku Shiko, frecuentemente se queda en las casas de los poetas que conoce, y gracias a sus dotes como pintora aprovecha para ganar algún dinero en los lugares que visita.

   En uno de sus viajes a Edo, el maestro Kikuchi Toogan le enseña a tocar el ch’in, un instrumento tradicional chino por el que Kikusha siente fascinación.  Años más tarde, en 1812, visita el templo Hooryuuji de Nara y allí tiene la posibilidad de tocar el antiguo ch’in que allí se encuentra ante la estatua del fundador del templo, el príncipe Shootoku. Esta experiencia la plasmó en este haiku:


Kaoru kaze te morokoshi kakete nana no o ni

Una brisa perfumada
está soplando desde China
desde estas siete cuerdas

 El dominio de este instrumento, unido a su conocimiento de la ceremonia del té y sus dotes como artista, permiten a Kikusha acceder a las fiestas y presentaciones musicales de la alta sociedad.

 Además de la música china, Kikusha se siente fascinada por la poesía y la pintura de ese país. A los  cuarenta y cuatro años, en Nagasaki, traba amistad con poetas y eruditos confucionistas con los que comparte estos intereses. Incapaz de seguir el dictado de ningún maestro en concreto, dirige su energía creativa a componer de forma autodidacta.

 Kikusha era una poeta-pintora, a menudo acompañaba sus poemas con pinturas (haiga) con un estilo muy particular, espontáneo. Es muy patente la diversidad de intereses en sus obras, la variedad de temas y formas que utiliza tanto en sus obras pictóricas como en sus poemas.

yamanaka ya kasa ni ochiba no oto bakari

Perdida en el bosque-
Sólo el sonido de una hoja
cayendo en mi sombrero

Este haiku lo escribe una noche en la que se pierde durante su viaje de Yamagata a Sendai, en la que estuvo deambulando sola entre los montes. 

   A menudo entremezcla estilos de la pintura china con los poemas japoneses y deja claro su pasión por el arte, su afán por plasmar cada momento de su vida, una vida fuera de los convencionalismos de la época.  Incapaz de estar mucho tiempo en el mismo lugar, uno de los lugares que visitó fue la ciudad natal de la poetisa Chiyo (1703-75) en Kaga (actual Prefectura de Ishikawa). Kikusha quiso conocer al hijo adoptivo de Chiyo, Hakku, y presentarle sus respetos. Allí escribe:

hana miseru kokoro ni soyoge natsu-kodachi

Para mostrar la flor de tu corazón
se mece,
tu arboleda de verano

   A este poema, Hakku añade dos líneas para celebrar la visita de Kikusha a su humilde casa:

yabureshi kaya ni utsuru tsukikage

 A la mosquitera raída
 se  mueve
 la luz de la una

Su colección de versos, Taorigiku (Crisantemos recolectados a mano) se publica en 1813 con motivo de su sesenta cumpleaños. Consta de cuatro partes en las que están reflejados sus múltiples viajes por Japón.

yuki ni kesa majiru chiri nashi hi no hikari

Ni una pizca de suciedad
mezclada con la nieve esta mañana
- Los rayos del sol.

Poco después, a los 64 años, regresa a su tierra natal, su madre había fallecido poco antes de su vuelta, y Kikusha decide no viajar más. 

yuki wa mina kaori todashite noume kana

Toda la nieve se derrite –
Por todas partes la fragancia de las flores
de ciruelo salvaje


Falleció el 24 de septiembre de 1826 en Choofu a la edad de 73 años.
Su filosofía de vida, tan alejada de las estrictas normas de la época, la acompañaron siempre y dejó constancia de ello a través de sus pinceles y sus poemas.


fukisouru noki no ayame ya yu no nioi

Hojas de cálamo 
colocadas en el alero-
Este olor del balneario

El cálamo aromático o acoro dulce tiene hojas en forma puntiaguda. Se creía que estas hojas en forma de espada ahuyentaban a los malos espíritus y se colocaban en los aleros de las casas.

            
yami wa terasu mono no aware ya u no kagari

Revelando en la oscuridad
la tristeza de las cosas
la antorcha del pescador


tokete yuku mono mina aoshi haru no yuki

Todas las cosas que se derriten
se tornan verdes-
Nieve de primavera


yokogumo ni kumo wa  wakarete sakura kana

Cuando una nube se separa
de las nubes más bajas:
flores de cerezo.


Hajime no mo soramimi de nashi hototogisu

Aquel primer grito
no era mi imaginación-
un cuco de montaña


tsuki to ware to bakari  nokirinu hashisuzumi

Sólo quedamos
 la luna y yo-
frío en el puente


chiru roki ni kumo to miekeri kumo no mine
Parecen nubes-
sólo cuando se desmoronan
picos nublados


 asagao ya yoi wa tsubomi ni  tanoshimase

 Ipomeas-
al atardecer nos dejan
admirar sus brotes


to wa mienu hana de atta ni  fukube kana

Insignificantes flores
 cuando ellas brotan –
 pero ahora ¡estas calabazas!


shigi tatsu ya ato ni wa hosoki mizu no oto

Agachadiza en vuelo-
Dejando atrás el murmullo
del pequeño arroyo


tsutsuji bakari moe narote ka Aso no yama

Las azaleas 
en el Monte Aso 
aprendiendo cómo arder

Este haiku fue escrito por Kikusha cuando viajó a Kyushu y escaló el Monte Aso, un volcán que estaba activo.

               
Sanmon wo dereba Nihon zo chatsumiuta 

Saliendo de la puerta del templo
la canción de los recolectores de té:
es Japón.


El templo es el templo de Manpuku en Uji, cerca de Kyoto. Uji fue —y sigue siendo— famoso por producir el té verde.


Kikusha escribió uno de sus primeros waka al visitar el Monte Yoshino, famoso por sus cerezos en flor. 


Natsu kitemo         Aun cuando yo he venido en verano          
Hana ka to miete                           ellas parecen flores                    
Yoshinoyama                              en el Monte Yoshino
Mine no aoba ni                            sobre la verde cima 
Kakaru shirakumo              cubierta de nubes blancas

   A continuación escribe:

       natsuyama ni kumo mite sumasu Yoshino kana


Sobre las colinas de verano
satisfecha por la nubes
aquí en Yoshino

   Otra traducción del mismo haiku, del profesor Makoto Ueda:

En las montañas de verano vi una nube– 
eso es todo
lo que había en Yoshino

Kikusha va a Yoshino en verano, cuando los cerezos no están florecidos, pero eso no significa que la belleza del lugar no emocione a la poeta.



mi hitotsu no aki ka to zo omou ame no kure

¿Es así como el otoño
llega a mi solitaria vida?
Anochecer lluvioso

Escrito cuando fallece su padre.


shirakumo ni ka wo haku kiku no yamaji kana

Hacia las nubes blancas
crisantemos en el camino –
respirar su aroma

Contemplando los cerezos en flor cerca del templo Urin, que literalmente significa bosque de nubes.



chiritori ni bussho ari ya hana no kage

En el recogedor
hay un Buda -
Sombra de flores



kumo kasumi nomitsutsu koen kiku no yamaji
Absorbiendo nubes y brumas -
 Atravesar el camino
de la montaña de crisantemos



tsuki o kasa ni kite asobaba ya tabi no sora

A pasear
con la luna como sombrero –
El cielo del viajero


komo kite mo suki na tabi nari hana no ame

Incluso llevando un abrigo de paja
me gusta viajar -
Lluvia de flores



  Shibaraku wa tsumi o wasurete tsuki suzukhi
Por un momento
 olvido que hay pecados -
Esta luna fría



 yoshi-ashi ni watari yukuyo ya muichimotsu

En una caña
atravesar este mundo transitorio –
Ni una sola cosa.


Este haiku hace referencia a la figura de Daruma, representación de Bodhidharma, fundador de la escuela Zen, que atravesó el río Yangtsé sobre unas cañas.


Namete shiru muryoju no kô ya tsuyu no aji

Lamiendo la fragancia  
de la felicidad inconmensurable —
El sabor del rocío.


 El presente artículo muestra un recopilatorio de haikus de Tagami Kikusha, traducidos al español desde el inglés. Se ha acudido a diversas fuentes para su realización, las cuales se señalan a continuación y que son propietarias de todos los derechos de autor correspondientes:

Japanese Women Poets: An Anthology (Japan in the Modern World) 2007 Hiroaki Sato ©
Far beyond the field : haiku by Japanese women. Makoto Ueda. New York  Columbia University Press, 2010 ©
 http://thegreenleaf.co.uk/  http://wkdhaikutopics.blogspot.com.es/


Leticia Sicilia Saavedra ©  Este artículo ha sido publicado en la gaceta Hojas en la acera en su edición impresa nº 7.

1 comentario: