La honestidad en el haiku: Teijo Nakamura

 


Teijo Nakamura, cuyo nombre real era Hamako, fue una de las grandes mujeres del haiku japonés del siglo XX. Nació el 11 de abril de 1900 como única hija de Saito Heishiro y su esposa Tei en la aldea de Ezu, antiguo distrito de Hotaku, actual prefectura de Kumamoto.ió hasta 1918 en la escuela secundaria para niñas en su localidad natal y en 1920 contrae matrimonio con Nakamura Shigeki, recaudador de impuestos.

Debido a la profesión de su marido viajó asiduamente por todo Japón a la vez que criaba a sus hijos.

Gran amante del haiku desde muy joven, sus primeros haikus fueron publicados en el periódico Kyushu Nichinichi Shimbun, actualmente Kumamoto Nichinichi Shimbun. Estudia con el maestro Takahama Kyoshi, y en 1934 entra a formar parte de su grupo “Hototogisu”. Ese mismo año publica su primera colección “Shunsetsu” (Nieve de primavera).

Posteriormente, después de la Segunda Guerra Mundial, publica “Teijo Kushu” en 1944. En el año 1947, funda su propia revista "Fuka" (Flores de nieve en el viento)  Justo antes de salir el primer número, Teijo ha de ser ingresada en el hospital por apendicitis. Desde allí tiene que escribir la editorial de la revista.

"Cuando abro la ventana por la mañana, el rocío brilla en cada una de las puntas de la hierba de bambú y se derrama una tras otra. Lo vi como hermoso el verano pasado. Sin embargo, este año es la alegría que encontré por primera vez este año. Ya hay una nube blanca que brota entre los bambúes, y cuando miro las nubes, el cielo estrecho aquí se extiende sin fin, haciéndome feliz. Es el día de escribir la posdata de "Fuka", y estoy mirando el cielo de bambú con un nuevo pensamiento"

"Fuka" se convirtió en un referente para el haiku y centro de reunión cultural durante muchas décadas. De hecho "Fuka" en sí terminó con el número de octubre de 2017. Ésta es la última portada de la revista:

Fig. 3


En 1948 ve la luz “Hana Kage: Nakamura Teijo Kushu”.



Luz de fuego brillante,

de nuevo más brillante aún

un bombardero pasando...



La flor de loto

sus hojas y las marchitas

flotando en el agua.



Admiradora de Sugita Hisajo, compaginó su papel de esposa y madre con su faceta de escritora de haiku durante toda su vida. Sus haikus llenos de emoción, su estilo elegante y su personalidad la convirtieron en una figura relevante del panorama mundial. Aunque los haikus escritos por mujeres eran a menudo considerados “de segunda clase”, las enseñanzas de Teijo y su buen hacer contribuyeron a cambiar esta visión. Es considerada como una de las “cuatro T” junto a Takako Hashimoto, Tatsuko Hoshino y Takajo Mitsuhashi.

Le encantaba el lago Ezu, donde nació y creció, y muchos de sus haikus recuerdan sus paisajes, así como los sentimientos por su madre.



Dondequiera que florezcan las flores,

me uno a mi madre

en su vida diaria.




Mojarse

al intentar subir al tren

bajo la lluvia otoñal.




Antes de la guerra,

el viaje a Michinoku

debía ser largo.




Con los ojos cerrados,

el tren nocturno de otoño

         pasa a tu lado.  

           


En 1980 fue nombrada persona de mérito cultural y en 1984 ciudadana honoraria de la ciudad de Kumamoto.



Pétalos de rosa esparcidos-

El sonido de mi corazón

rompiendo en pedazos.




       La grandeza de las montañas nevadas

 vistas desde las ventanas

de la escuela de los niños.




El esplendor de la primavera

cuando los ciruelos y los cerezos en flor

se abren todos a la vez.




El cielo de otoño es hermoso,

es tan claro

que te despeja la mente.




En octubre del segundo otoño,

nos separamos de nuevo en esta tierra

en la que algún día habíamos hecho muchas amistades.




Cuanto más sostengo a Manjusaka,

más echo de menos

a mi madre.




Te quiero, te quiero,

las palabras de afecto

se emplean sin vacilar.




Pensando en mi madre y en mí,

y en mi hijo,

la flor de una hoja de plata japonesa.




Los pájaros se han levantado

y el clamor de sus voces

ha cesado.




Los rayos del sol

son suaves

en mi ropa de invierno.




Las gotas de lluvia

son a veces gruesas,

crisantemos silvestres.




Ven afuera,

casi podemos tocar

la luna de primavera.





Observa cómo brilla

el azulejo de Iwami

en la marea invernal.




El pequeño tose

jugando a las adivinanzas

sin final a la vista.



 

Si te detienes,

verás una libélula

flotando alrededor.



El baño está hirviendo,

el resplandor de la tarde

se oscurece.



Ah, en la esquina

mirar de nuevo

el crisantemo de invierno, rojo.




Me pongo una sola túnica,

y si el viento arrecia,

el viento me sostendrá.




Conozco el sonido

de las nueces cayendo

en un día soleado.





Camelias blancas

El viaje de ayer

parece tan lejano...





Pétalos de rosa esparcidos-

El sonido de mi corazón

rompiendo en pedazos.





Este hombre

bajo un cerezo en flor

estaba al fresco.





Al arrozal en primavera

la mujer afuera

mirando serenamente.





Noche fría.

Si me cubro 

mi hija se me arrima.





Ciruelas secas -

alguien se esconde

en las sombras.


A lo largo de su vida escribió multitud de obras como "Teidejo kusho" (1944), "Hanakage" (1948), "Miyakotori" (1951) y "Bara sae Fu" (1979), y una colección de ensayos, "Onna no shiki" (1956) "Haha no kokoro" (1958), "Kaze to hana no ki" (1973) "Fujin haiku no kurikata" (1968). "Haiku wo tanoshiku" (1968) y muchos otros.

En el año 1985, la escritora y traductora Patricia Donegan preguntó a Teijo en una entrevista : “¿ Cuál es el principio supremo del haiku? “ A lo que la poeta respondió : "Sé honesto contigo mismo y escribe lo que hay" 

Teijo muere el 20 de septiembre de 1988. Sus palabras de despedida: 

"Recuerda, la flor de hoy es la flor de hoy, el viento de hoy es el viento de hoy".




Los haikus seleccionados para este artículo han sido traducidos al español desde el inglés. Para confeccionarlo he utilizado diversas fuentes, tanto en papel como en formato digital, como por ejemplo:


http://haiku.octaviadata.com/content/中村汀女

https://kumamoto.tabimook.com/greate/detail/14

https://nihonshozo.com/product/portrait/032.html



Leticia Sicilia 2021 ©


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