domingo, 9 de marzo de 2025

TANKAS DE ITO SACHIO

 

Ito Sachio (1864-1913) fue un poeta y novelista japonés del período Meiji, conocido principalmente por su contribución al desarrollo del tanka.

Nació en la prefectura de Chiba y su verdadero nombre era Ito Kōjirō. Fue discípulo de Masaoka Shiki, una figura clave en la modernización del tanka. Tras la muerte de Shiki, Sachio se convirtió en uno de los principales exponentes del movimiento Shikō-ha, que buscaba revitalizar el tanka dándole un tono más natural y directo.Su estilo poético se caracteriza por la sencillez, el realismo y una profunda emoción expresada en versos breves. Como líder del grupo Araragi, influyó en poetas posteriores como Saitō Mokichi y Yosano Akiko.

Además de su poesía, Ito Sachio también es recordado por su novela "Nogiku no haka" (1906, "La tumba del crisantemo silvestre"), una historia trágica de amor juvenil que tuvo gran impacto en la literatura japonesa.

En el año 1913 Sachio falleció de una hemorragia cerebral, dejando numerosos poemas y otras veintiocho obras entre novelas cortas y relatos.



Por ti salí

a los campos de primavera

a recoger brotes tiernos,

mientras sobre mis mangas

seguía cayendo la nieve.



A través del campo

bañado en luz púrpura,

te veo agitar la manga.

¿No lo verá el guardián de la pradera

cuando me despides así?



Desde lo alto de la montaña

en la cabecera del valle,

las olas de bambú

fluyen silenciosas

cuando el viento no sopla




El puente flotante

de los sueños en la noche primaveral

se desvanece...

como las nubes alargadas

que se separan en las cumbres.



Incluso en mis sueños

mi corazón sigue turbado,

pues hoy vuelvo a pensar

en esa persona indiferente

que no me corresponde.




    Pensando en ti,

    en un crepúsculo

    otoñal y melancólico,

    hasta el canto de los insectos

    me llena de tristeza.



En el campo árido,

brilla el rocío en la hierba,

efímero y falso,

como los crisantemos


que florecen en la soledad.



Siguiendo el viento,

la mariposa de otoño

en el campo árido

busca su propia sombra

donde ya no hay flores


El viento pasa

por las hojas doradas,

y entre ellas

un pequeño pájaro

persigue su propia sombra.





En los campos

donde el otoño se va,

la hierba se inclina,

y en su sombra

cantan los insectos.





En el pueblo,

donde la luz de la luna

entra silenciosa,

una voz en la noche fría

rompe la soledad.



Cuando pienso,

siguiendo el viento triste,

veo la hierba del campo

doblarse en la brisa

cargada de rocío.





En la quietud del lago

donde se refleja

la vela blanca,

se oye el graznido de los patos

en la tarde de otoño



En los campos de otoño,

el viento susurra

sobre las flores silvestres,

un murmullo lejano

como su voz en mis recuerdos



En el crepúsculo,

las olas en la orilla

son como mi corazón:

van y vienen,

sin poder olvidar.



Entre los campos

donde florecen los crisantemos,

tu sombra sigue ahí,

como un eco

de aquel lejano otoño.



La brisa de primavera

sopla sobre el río—

las hojas flotan

como mis pensamientos,

lejos de mi alcance.


Los cerezos caen,

uno a uno en la brisa.

Así también

los días que pasamos

se desvanecen.



Lluvia en la noche,

golpea suave el tejado...

en mi corazón,

un eco de tus palabras

que nunca olvidaré.



En la orilla,

las olas susurran su historia.

Cada espuma blanca

parece una promesa

que se rompe al llegar.

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