miércoles, 5 de marzo de 2025

Hattori Ransetsu

 



Hattori Ransetsu (1654-1707) fue un poeta japonés y una figura clave en el desarrollo del haiku durante el periodo Edo. Se le conoce sobre todo por ser uno de los discípulos de Matsuo Bashō y por su contribución al refinamiento del haiku.

Los haikus de Ransetsu se centraban en el mundo natural, explorando su belleza e impermanencia. Sus obras se caracterizan por la sencillez, la observación aguda y la calidad meditativa. Aunque no alcanzó la misma fama que Bashō, fue muy apreciado por su estilo único y su influencia en los poetas de haiku posteriores.

También era conocido por sus habilidades en caligrafía y pintura, lo que le convertía en un artista polifacético de la época. Su legado en la poesía japonesa es significativo, especialmente en el contexto del haiku, y sigue siendo una figura importante en el estudio de la literatura japonesa moderna temprana.


ah... una mujer

que no puede tener hijos

cuida de una muñeca



luna de otoño -

el vapor se desliza sobre el agua

brillando



En el ciruelo

una flor, una flor que da

calor



Los grillos en los pinos,

ni un solo «cri-cri».

Negro cuenco de té.



Noche helada,

la luna se oculta tras

las ramas de pino.




    El viento pasa,

    y un pétalo se cae

    sobre el agua quieta.



    La lluvia cae,

    y el sonido de la hoja

    se pierde en la nada.



    Al alba,

    el aroma del brote nuevo

    envuelve mi alma.




    El eco del paso

    en la calle vacía,

    solo un cuervo grita.



En el horizonte,

el cielo y el mar se funden

la barca se pierde.



    Bajo la luna,

    el bambú se mueve lento;

    el viento susurra.



    Un solo suspiro

    entre las hojas secas,

    la tarde se apaga.




    En el estanque quieto,

    la flor de loto se abre

    como un sueño puro.




    Al borde del agua,

    la luna en su reflejo 

    nunca se queda.



      En el campo vacío

solo el canto lejano

de una cigarra


Polluelo de gorrión
¡apártate, apártate!
Pasa un caballo


El viento de otoño

mueve la persiana de bambú

también mi corazón.



    El río fluye

    pero su canto se pierde

    entre las piedras.



El mes de Minazuki…
en la punta de la cola de la carpa
una gota de rocío.





    Al caer el sol

    el viento de verano

    acaricia la piel.




Las alas de la mariposa
se vuelven transparentes
bajo la primera llovizna en el cabo.



Aroma de ciruelos…
el rastro que dejó ayer
una bandada de gansos.



Viento de otoño…
una última hebra
de mi cabello fino.


Qué fresca la luna,
las olas suaves
llegan a la arena.



La primavera se va…
una sola danza
en las olas del río.

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