Takarai Kikaku (1661-1707), también conocido por su nombre Enomoto Kikaku, figuró entre los discípulos de Basho, describiendo los últimos días del maestro. Fundó la escuela Edo-za, donde enseñó poesía. Kikaku escribió haikus quizá menos elegantes que los de Basho, pero cargados de humor y recursos retóricos. En 1683 compiló la colección de poemas ” Minashigur” y en 1692 y 1694 las antologías “Zoodan-shu” y “Ku-kyoodai”. Junto con los poetas Ransetsu y Kyorai, lideró el grupo de discípulos de Basho conocido como Los Diez Filósofos.
Plantadoras de arroz,
les gotean sus sombreros
sobre la sopa.
Cantan cigarras
y el que vende abanicos
se subió a un árbol.
Plenilunio de otoño,
sobre el tatami arroja
sombras de pino.
Vuelan murciélagos
por entre verdes sauces;
fulgor de ocaso.
Por Año Nuevo,
la grulla es toda instinto,
y anda con garbo.
Nuestras vidas pasaron
ya no volverán.
Llega la noche
El ruiseñor,
volcado hacia delante
estrena el canto.
Entre sombras de tarde
se cruza todo el barrio
la mariposa.
Puntual al alba
del melocotonero en flor:
canto de pájaros.
Chubasco súbito;
una mujer sentada,
mirando afuera.
El mensajero
le da una rama en flor,
después, la carta.
¡Ah, el mendigo!
El verano lo viste
de tierra y cielo.
De sauce en sauce
el brillo del murciélago
en el crepúsculo.
Las libélulas
tranquilizan su locura.
Luna en cuarto creciente
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