domingo, 18 de febrero de 2018

NUKATA NO OKIMI - LA HISTORIA DE LA PRINCESA NUKATA


La importancia de la mujer en la literatura japonesa es indiscutible. Mujeres de toda condición social, con formas de pensar y de vivir muy diferentes unidas por su amor a las letras han dejado su huella en la Historia. En sus poemas expresaban emociones, deseos, amores prohibidos, protestas… pero siempre de forma delicada y sencilla, sin dejar nunca de lado a la Naturaleza.
Una de esas mujeres fue Nukata no Okimi (Princesa Nukada o Nukata) una de las primeras damas japonesas de las que se conserva su obra y ésta es su historia.


Nukata no Okimi, conocida como Princesa Nukata o Nukada, vivió en el período comprendido entre el año 630 y el 690, en la Era Asuka. Mujer de gran influencia en la Corte, fue una de las grandes poetisas de su tiempo y su obra se considera todavía hoy de gran importancia. Además, protagonizó una curiosa historia de amor junto a dos emperadores, hermanos y rivales.
Hija del Príncipe Kagami, desde muy joven demostró su habilidad para la poesía. Sus poemas son famosos por su delicada sensibilidad y sostificación lingüística. En la colección Man’yo-Shu* (Colección de las mil hojas) aparecen algunos de sus poemas en los que esta poetisa plasma su vida, sus amores, sus alegrías y penas. Por desgracia, no hay ninguna otra evidencia de la producción literaria de Nukata, ya que fue una de las primeras mujeres de la nobleza que se dedicó a la poesía.
Su obra se divide en poemas cortos (tanka) y poemas largos (chôka)
En Man’yo-Shu* los poemas atribuidos a Nukata son:
Poemas cortos: nº 7,8,9,20,21,111,112,113,151,488,1606 ( repetición del 488)
Poemas largos: nº 16, 17,155.
El número 9 ha llegado a nuestros días incompleto:

*****
*******
wa ga seko ga
itataseri ken
itsukashi ga moto
*****
*******
… mi amor estará
permanentemente al pie
de este roble sagrado.

Dos poemas de la autora se publicaron más tarde en dos de las 21 antologías imperiales. Shinchokusen wakashu y Shinshui wakashu.

Aki no no no / mikusakari fuki, / yadorerishi / Uji no miyako no / kariiho shi omohoyu (Man’yo-shu 7)

Recuerdo
nuestro refugio de Uji
donde me quedé
bajo un techo de cañas
cortadas en el campo de otoño.

Este poema lo escribió siendo aún adolescente, cuando entró al servicio de la Emperatriz Kogyoku, que en esos momentos se retiraba del trono temporalmente y que al año siguiente (645) regresaría bajo el nombre de Emperatriz Saimei. La poetisa y la emperatriz mantuvieron siempre un estrecho contacto.
En este poema habla de la añoranza que siente la emperatriz por tiempos pasados, concretamente de una época en la que tuvo que alojarse en una modesta choza. Este sentimiento de nostalgia era algo que no se le permitía expresar en público y que Nukata hace en su nombre de forma sutil.

El segundo poema, que aparece en Man'yo-shu, es de gran belleza y se considera una pieza maestra.
Nigitazu ni / funanori semu to / tsuki mateba, / shiho mo kanahinu. / Ima ha kogiide na  (Man’yo-shu 8)

Esperando a que salga la luna
Para echar nuestros barcos al mar
en Nigitazu,
la marea ha subido.
Venga, ¡vamos ahora a remar!

Escrito por Nukata, alentaba a los soldados a embarcar rumbo a un conflicto armado.
Nigitazu estaba situado en Iyo, la provincia de Ehime, en la isla de Shikoku, todavía famosa por sus baños termales y como lugar de recreo.
Por entonces, Nukata había tenido una hija con Ooama-no-Ooji  (más tarde emperador Temmu) segundo hijo de la Emperatriz Saimei. Su maternidad no la distrajo lo más mínimo de sus labores y su poder en la Corte se acrecentaba aún más.
El primer hijo de Saimei, Nakano-Ooeno-Oji se convierte en emperador a la muerte de su padre comenzando su era, Tenji, en el año 663. Nukata continúa en la Corte, se cree que como una de las esposas del nuevo emperador, hermano mayor de su primer amor.
En sus poemas nunca relata los motivos por los que se unió al Emperador Tenji estando todavía enamorada de Temmu, aunque se cree que fue por motivos políticos.

Umasake / Miwa no yama / awoniyoshi / Nara no yama no / yama no ma ni / ikakuru made / michi no kuma / itsumoru made ni / tsubara ni mo / mitsutsu yukamu wo / shiba shiba mo / misakemu yama wo / kokoro naku / kumo no kakusahu beshi ya  (Manyoshu 17)


¡Monte Miwa!
de verde hermoso
entre las colinas de Nara
se va desvaneciendo
hasta desaparecer,
al doblar  las curvas
que siguen  a otras,
me voy y me vuelvo
veces y veces sin cuenta
a mirar desde la distancia
hacia donde estaría el monte
queriendo verlo todavía.
Oh, nubes sin corazón!
pero por qué lo ocultáis así?

Miwa yama wo / shikamo kakusu ka / kumo danimo / kokoro aranamo / kakusahu beshiya
Yo quiero recordar bien la imagen hermosa
del monte Miwa,
las nubes lo ocultan,
si tienen un poco de corazón,
no lo ocultarán.

El Monte Miwa. A su entrada, el poema de Nukata inscrito en piedra.

Una de las interpretaciones de este poema es que lo escribió la princesa Nukata cuando la capital fue trasladada de Asuka a Omi. En el 667, la capital en Asuka fue traslada a Ômi (en la actual prefectura de Shiga), quizá por estar más lejos de la costa y más fácil de defender el país, cuando los ejércitos extranjeros vinieran a invadir a Japón.
El Monte Miwa representaría a Ooma-no-Oji (Temmu) a quien la princesa debía dejar para trasladarse a Omi. En cambio otros autores afirman que pudo ser el propio Tenji el que lo escribió, expresando su tristeza por tener que abandonar el Monte Miwa, el lugar de culto sagrado tradicional de la Corte de Yamato.
El monte Miwa, de 467 metros de altura, es un lugar sagrado, y se consideraba la morada del dios Ômononushi Ôkami.
También puede ser que estos dos poemas fueran escritos por Nukata y Temmu a escondidas, ocultando su mutuo amor a ojos de la Corte.

El siguiente poema lo compuso en una ocasión en la que Tenji le propuso a su Primer Ministro, Fujiwara no Kamatari, que juzgara si la Naturaleza era mejor en primavera o en otoño. Este hecho sugiere la sensiblidad que desde la antigüedad han tenido los japoneses hacia estas dos estaciones del año y que perdura hasta nuestros días.
Nukata, haciendo alarde de su gran dominio de la palabra y sutileza escribió un poema en el que expresa su preferencia por la discreción del otoño, con sus colores suaves.

Fuyukomori / haru sarikureba / nakazu arishi / torimo nakikinu / sakazu arishi / hana mo sakeredo / yamo wo shimi / irite mo torazu / kusa fukami / torite mo mizu / akiyama no kono ha wo mite ha / momiji woba / torite zo shinohu / awoki woba / okite zo nageku / soko shi urameshi / akiyama ware ha (Man’yo-shu  16)

Cuando la primavera llega
liberada de estar sumida en el sueño del invierno
los pájaros que habían estado esperando
estallan en cantos.
Los brotes que habían estado ocultos
explotan en flor.
Las montañas están tan boscosas
que no podemos hacer el camino,
Y las flores están tan enredadas en las ramas
que no podemos cogerlas
Pero cuando miramos las hojas de las montañas otoñales
Tomamos las hojas amarillas y las admiramos
dejamos las verdes y suspiramos.
Lo siento, pero prefiero las montañas de otoño.


Otro de los poemas se dice que fue compuesto en el año 668, cuando Tenji se ha trasladado al nuevo palacio de Omi. El Emperador Teni invita a toda la corte a una cacería, y entre los invitados está su hermano Ooma-no-Oji (Temmu) a quien Nukata aún ama y al que dedica esta composición de forma muy sutil:

Akane sasu, / murasaki no yuki, / shime no yuki, / nomori ha mizu ya, / kimi ga sode furu. (Man’yo-shu 20)

Yendo por este camino carmesí
en campos relucientes de murasaki
yendo por este camino de dominio imperial
¿no verá el guardián
que me agitas las mangas?*

Murasaki es una planta típica de la región utilizada para producir tinte de color púrpura, reservado para los ropajes del Emperador y la nobleza. Su cultivo era restringido y siempre en tierras pertenecientes a la familia imperial.
Temmu sacudió las mangas como era costumbre para saludar, pero Nukata teme que Tenji sospeche algo.
El “tú” al que se dirige Nukata es el príncipe Ooma-no-Oji (Temmu) y el guarda es el Emperador Tenji. El poema es bastante atrevido, pero se acepta en el ambiente festivo en el que se desarrolla. En ese momento el príncipe Ooma (Temmu) tiene dos esposas, hijas de su hermano y algunas amantes, y Nukata está con Tenji, como una de sus esposas.
La respuesta  de Temmu a este poema es la que sigue:

Murasaki no / nihoheru imo wo / nikuku araba / hitozuma yue ni / ware kohi meyamo (Manyoshu 21)

Si sintiera resentimiento hacia ti
que eres tan hermosa
como el púrpura murasaki
¿Estaría enamorado de ti
que eres la esposa de otro?

El príncipe dice que no siente resentimiento hacia ella, aunque ahora sea la esposa de otro y que la sigue amando.
Y Nukata más tarde respondería con este poema lleno de melancolía, de gran sencillez y delicadeza. 



Kimi matsu to / aga kohi woreba / waga yado no / sudare ugokashi / aki no kaze fuku (Man’yo-shu 488)

Mientras te espero
con enorme anhelo
las persianas
de mi ventana se mecen
con el viento de otoño.

 Kajita Hanko (1909)©

Pero lo más curioso viene en otros versos, ésta vez escritos por el propio Tenji, en el que se queja amargamente de la enemistad que este triángulo amoroso ha sembrado entre los dos hermanos:

El monte Kagu se peleó con el monte Miminashi
por el amor del monte Unebi.*
Así es el amor desde la época de los dioses;
al igual que en los días antiguos,
la gente sigue peleándose por las esposas, incluso ahora.

* Estos tres montes rodean la provincia de Yamato, y están muy cercanos entre sí; el monte Unebi se encuentra situado entre los otros dos.


Este triángulo amoroso acaba con la muerte de Tenji en el año 672. Nukata escribe este poema ante la tumba del que había sido su esposo:

Yasumishishi / wago ohokimi no / kashikoki ya / mihaka tsukahuru / Yamashina no / Kagami no yama ni / yoru ha mo yo no kotogoto / hiru ha mo / hi no kotogoto / ne nomi wo / nakitsutsu / arite ya momoshiki no / ohomi ya hito ha / yuki wakarenamu ( Man’yo - shu 155)

Nuestro gran señor
quien gobierna las ocho regiones
con sobrecogimiento construimos
su tumba real
en Yamashina
en el Monte Kagami
por la noche
todo a lo largo de la noche
y durante el día
durante todo el día
cuando todo lo que hacemos
es seguir llorando en voz alta
están los cortesanos
del gran palacio
¿ahora a punto de irse y dispersarse?
Se cree que el hecho de que los cortesanos se dispersaran con rapidez tras la muerte del emperador, se debía a la cercanía de la guerra de Jinshin por la sucesión al trono.



Kakaramu to / kanete shiriseba / ohomi fune / hateshi tomari ni / shime yuhamashi wo ( Man’yo-shu 151)
Si hubiera sabido de antemano
lo que iba a pasar
habría enviado señales
en el puerto donde el barco
estaba atracado.

Este poema fue escrito durante las ceremonias de purificación (akari) que siguieron a la muerte del emperador Tenji antes de ser enterrado.
Aquí Nukata expresa que si hubiera sabido de antemano que el emperador iba
a morir, hubiera puesto señales de prohibición a la entrada del puerto para que
los espíritus malignos no hubiesen podido entrar.
La muerte de Tenji provoca un grave enfrentamiento entre su sucesor (uno de sus catorce hijos, el príncipe Ōtomo) y Ooma, su hermano (futuro emperador Temmu) que había fingido retirarse a Yoshino para ser monje, aunque en realidad su intención era hacerse con el trono. La contienda acaba con la victoria de Ooma, al fin Emperador Temmu, quien reinaría hasta su muerte en el año 686.


Años más tarde, Nukata, retirada ya de la vida imperial, entabla amistad con el príncipe Yuge no Miko (hijo de Temmu). A pesar de haber amado toda la vida a Temmu, Nukata decidió salir de la Corte y vivir con humildad el resto de sus días.

El príncipe, tras la muerte de su padre, envió a Nukata un poema con una rama de pino de Yoshino recubierta de musgo y la poetisa le respondió:

Mi Yoshino no / tamamatsu ga e ha / hashiki kamo / kimi ga mi koto wo / mochite kayohaku  (Man’yo-shu 113)

Ah, cuánto amé
la preciosa rama de pino
del espléndido Yoshino,
por traerme tus palabras!

El murmullo de las ramas de los pinos es para Nukata la voz de su amado.
Este poema parece haber sido escrito por el príncipe Yuge no miko para Nukata, con motivo de un viaje de la emperatriz Jitô (690? -697) al palacio de Yoshino. El nombre científico es Daphnyphyllum macropodum, en japonés yuzuriha.

Inishie ni / kohuru tori kamo / yuzuruha no / mi i no uhe yori / nakiwatariyuku ( Man’yo-shu 111)

Es un pájaro que tiene nostalgia del pasado
lo que vuela cantando
sobre el pozo,
cerca del árbol de Daphne.


También hay versiones que indican que estos dos poemas fueron un intercambio entre Nukata y Temmu, refugiado en Yoshino antes de tomar el poder y ascender al trono en 673.

Inishie ni / kohuramu tori ha / hototogisu / kedashi ya nakishi / aga moherugoto (Man’yo-shu 112)

El pájaro que tiene nostalgia del pasado
es un cuco.
Tal vez lloró,
y como él yo también
por mi amor perdido.

Es la respuesta de Nukata al poema anterior. Ella responde que también tiene nostalgia por ese pasado y por el amor perdido.


Nukata no Okimi


 *Man'yo-shu (Colección de las diez mil hojas) contiene poemas escritos en japonés de la época, es decir, utilizando fonéticamente caracteres chinos. La obra consta de 4.496 poemas organizados en 20 tomos La gran mayoría de piezas (4200) son tankas, estructuradas en cinco versos (5/7/5/7/7/7). 262 poemas son chôka o nagauta, que alternan un gran números de versos de 5 y 7 sílabas (puede llegar hasta 200 versos) También hay 62 sedoka (seis versos de 38 sílabas) y cuatro poemas escritos en chino. Los poemas se dividen en tres grandes categorías temáticas: zoka (varios), somon (preguntas mutuas o poemas de amor) y banka (elegies). Los poemas abarcan un período de cuatro siglos y es probable que su intención era cantarlos.


El presente artículo ha sido traducido desde el inglés al español por lo que las versiones de los poemas pueden contener errores respecto al japonés original. Cualquier aclaración al respecto será bienvenida.


Fuentes consultadas:
Man’yōshū and the Imperial Imagination in Early Japan by Torquil Duthie ©
http://www.club.it/culture/culture97/aldo.tollini.97/indice-i.html©
https://sites.google.com/site/.../home/biografie/.../nukata-no-okimi©

Traducción al español: Leticia Sicilia©2018




4 comentarios:

  1. ¡Hermosa historia, Leti!
    Gracias por compartirla. Pone de manifiesto que el amor y la poesía siempre han venido de la mano por el mismo camino en que la belleza del corazón y de la naturaleza están presentes. Que a pesar de los siglos se siente su frescura y su emoción...

    Un abrazo, amiga.

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    1. Gracias por tu lectura Juan Carlos. A mí me resulta fascinante descubrir estas joyas literarias, y comprobar cómo los sentimientos y las sensaciones no varían a lo largo de los siglos.

      Un cálido abrazo amigo.

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  2. Una maravilla, muchísimas gracias por traducir estos hermosos poemas.

    Un abrazo

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