Me ha encantado tu haiku, Leti. Y aunque el tallito de hinojo haya quedado en el camino, sé que su aroma intenso y fresco habrá perdurado en tu mano, y llegado a casa. Algo así ocurre con un buen haiku.
Muchas gracias querido amigo, qué bueno que las sensaciones de este haiku lleguen a través de las palabras. Y gracias también por tu apoyo incondicional y por contar siempre con tu atenta mirada.
Precioso haiku. Te he enlazado en mi blog http://minigrafias.blogspot.com/
ResponderEliminarSalu2, de Yori.
Me ha encantado tu haiku, Leti.
ResponderEliminarY aunque el tallito de hinojo haya quedado en el camino, sé que su aroma intenso y fresco habrá perdurado en tu mano, y llegado a casa.
Algo así ocurre con un buen haiku.
Gracias. Un beso.
Yori, bienvenido a este rincón. Agradezco mucho tu visita y tu comentario. Nos seguiremos leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias querido amigo, qué bueno que las sensaciones de este haiku lleguen a través de las palabras. Y gracias también por tu apoyo incondicional y por contar siempre con tu atenta mirada.
ResponderEliminarUn beso.
Precioso este haiku que me recuerda mi niñez cuando camino a casa a la vera del camino había hinojo silvestre. Qué aromas! qué lindos recuerdos!
ResponderEliminarMe alegra mucho haberte transmitido esas sensaciones Verónica. Muchas gracias por esta nueva visita.
ResponderEliminarUn beso.