martes, 4 de febrero de 2025

 

Takuboku Ishikawa



Nace con el nombre de Ishikawa Hajimeen en 1886, en plena Restauración Meiji, en Iwate, al norte de la isla de Honshū, como hijo de un bonzo budista de la secta Zen. Su seudónimo Takuboku significa “árbol que susurra”.
En el colegio rápidamente destacó como un niño prodigio, pero al pasar al instituto cambió este título por el de alumno más holgazán.
En los últimos años de secundaria se hizo miembro del grupo poético Shinshisha (Asociación de Nueva Poesía), fundado por Yosano Tekkan (1873-1935).


Mis maestros y amigos

riñen sin saber

que este misterio

de mi holgazanería

tiene su porqué.



Takuboku mantendrá una especial relación tanto con Yosano Tekkan, como con su mujer, la poetisa Yosano Akiko, sobre todo al comienzo de su carrera poética, participando en la revista fundada por Tekkan, Myōjō, referencia en el movimiento de la Nueva Poesía japonesa, liberado de la tradición de la lírica japonesa y sus estrictos formalismos. Aquí publica algunos tankas bajo el nombre de Hakuhin Ishikawa. 

Al poco tiempo cae enfermo y vuelve al pueblo a recuperarse. El padre del poeta, Principal del templo de Sibutami, es destituido de su cargo por malversación de fondos y por ello Ishikawa ha de asumir en ese momento las riendas del hogar.

En 1905 aparece su primer libro de poemas, Akogare (Anhelos) gracias al apoyo económico de sus amigos de la escuela secundaria. Se trataba de una colección de poemas que se
adscribían a la corriente de
la Nueva Poesía, ese movimiento al que hemos hecho mención anteriormente, caracterizado por la influencia de la poesía europea, marcando una ruptura con la poesía japonesa tradicional a partir de una longitud variable y versos libres.

Ese mismo año el poeta se casaría con la mujer de la que siempre estuvo enamorado: Setsuko Horiai, aunque no sería la única mujer de su vida. Se establece en Morioka donde continúa con sus actividades literarias. La pobreza y los problemas de dinero acarrean su vida y se ve obligado a ir a Sibutami donde obtiene el puesto de maestro de escuela. Un año más tarde nace su primera hija llamada Kioko. Empieza cada vez más a involucrarse en los movimientos sociales organizando huelgas y protestas, teniendo siempre una identificación con los oprimidos, cuestionando las injusticias. Esta situación no es bien vista por las autoridades y lo acusan de ser un revolucionario, siendo expulsado de su pueblo.


Echado a pedradas

salí de mi pueblo.

Aquella pena

nunca se me borra

de mi pensamiento.


Parte a Jokkaido dejando a su familia. Allí se desempeñaría como maestro de escuela y como periodista y se enamora de la joven maestra Chieko Tachibana pero no es correspondido.


                                   Hay algunos días

                                 que al pensar en ti

                                      mi corazón,

                             sereno hasta entonces,

                           se echa de pena a bullir.


En el mes de septiembre de ese mismo año sucede un incendio que destruye el colegio y el periódico donde trabajaba Takuboku. Durante unos años cambiará varias veces de lugar trabajando como periodista.

A inicios de 1908 abandona su trabajo y se va a Tokio donde decide dedicarse enteramente a la literatura. Un hecho singular en este año es que durante del mes de junio escribe 246 tankas en un tiempo de 50 horas sin parar. Cien de estos tankas logran verse publicados en el número de julio de 1908 de Myōjō.

Al año siguiente, su familia finalmente se puede unir a él. Es por ese momento cuando también comenzará a escribir un diario personal usando el rômaji, o alfabeto latino, para evitar que su esposa lo pudiera leer, conocido como Rômajinikki (publicado en 1954).

En 1910 nace su segundo hijo, Sinichi que solo logra vivir tres semanas. Un golpe terrible en la vida del poeta que escribiría:


Era tarde una noche

cuando yo volví

de mi trabajo

y abracé a mi hijo

que acababa de morir.




Me dijeron que el niño

al morir lloró

dos o tres veces

con voz apagada,

y el llanto me ahogó.



Logra pagar el entierro gracias al dinero recibido de la editorial Toundoo, una suma de veinte yenes por su libro “Un puñado de arena”. Dos meses después de la muerte de su hijo le diagnostican peritonitis crónica y tuberculosis pulmonar incurable. Ingresa en el hospital donde continuaría escribiendo poemas.



Cuando respiro,

este sonido en mi pecho

¡más solitario que el viento de invierno!

Aunque cerré los ojos nada atravesó mi mente…

sólo este vacío al abrirlos de nuevo




En el mes de marzo del año 1912 moría la madre de Takuboku, víctima de tuberculosis. Un mes después, el 13 de abril, fallece Takuboku a la edad de 26 años. Su último libro de poemas “Tristes juguetes” apareció de manera póstuma, en junio de 1912, seis días después del nacimiento de su hija Fusae. Su esposa moriría el 5 de mayo de 1913 padeciendo la misma enfermedad.

En su honor, el asteroide (4672) Takuboku lleva su nombre.



En una isla del Mar del Este

sobre la arena blanca de la playa

cansado de tanto llorar

me entretengo

con un cangrejo.




Menos yo, mis amigos

suben en la vida.

Le compré flores

y hablé a mi mujer

como de amigo a amiga.




Hay quienes se pasan

una larga vida

en esas nieves

con la soledad

enemiga y amiga.




Por tu mejilla resbalaba una lágrima

sin secarla,

me mostrabas un puñado de arena.

¡Imposible olvidarla!




Esta duna

que la tormenta de una noche

construyó

¿tumba de quién será?




¡Ay el silencio de muerte

de la arena

que se cuela entre mis dedos!




Por juego, cargué a mi madre en la espalda.

Sin poder contener el llanto

ni avanzar más de tres pasos

¡pesaba tan poco!



Salí huyendo

quería llorar a solas

frente al vasto mar

por siete u ocho días.




Como algún tren

a través de un páramo

esta agonía

de vez en cuando

a través de mi corazón.




Reprendiendo mi debilidad repetidas veces

y miserable preguntándome por qué soy así

fui a pedir dinero prestado




Estos últimos cuatro o cinco años

ni una vez miré el cielo

¿puede cambiar tanto un hombre?




De algún modo

me consideraba importante

¡tan pueril era!




Un perro blanco fuera del jardín

me volví

y pregunté a mi mujer sobre tener uno




Ella esperó a que estuviera borracho
y luego susurró
varias cosas tristes.



En un viejo cuaderno tosco

están escritos
la hora y el lugar de nuestro encuentro.



Aquella mujer que lloraba en mi habitación
¿era el recuerdo de una novela
o uno de nuestros días?




tomo el espejo

y hago muecas

todas las que puedo:

estoy harto

de llorar.





leña que yace

arrojada por el agua

al pie de la duna:

miro a mi alrededor,

intento hablarle.




mi maldito bigote

tiende a caerse

me parezco

al hombre

que detesto.





lágrimas, lágrimas

¡qué extraño!

lavo mi corazón

con ellas

y quiero bromear.





Un perro bosteza

lento, lento, lento,

junto a un camino.

Yo hago lo mismo




Mis recuerdos a veces

se parecen mucho

al mal humor

de cuando me pongo

calcetines sucios.





Haciendo

un hoyito

en la arena

encontré

una pistola oxidada




Echado de bruces en la arena

hoy revivo aquel dolor

del primer amor.



Traducciones al español de su obra:


Takuboku. (1976). Un puñado de arena. (A. Cabezas García, Trad.) Madrid: Editorial Ayuso.


Takuboku, I. (2018) Diario en Roomaji.(M. Ito, & E. Gallego, Trads.) Madrid: Ediciones Hiperion, S.L.


Takuboku, I. (2019).Tristes juguetes. (M. Ito, & E. Gallego, Trads.) Madrid: Ediciones Hiperión.


Diario en roomaji. Traducción: Masateru Ito y Elena Gallego. Prólogo: Masateru Ito. Madrid: Hiperión, 2018.


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