LOS HAIKUS DE MURAKAMI KIJO
Murakami Kijo fue un poeta japonéns de haiku, nacido en Edo en 1865, colaborador habitual de la revista de haiku Hototogisu y uno de los seguidores del gran maestro moderno Masaoka Shiki.
De joven estudió Derecho, pero
tuvo que dejarlo al quedarse sordo por una enfermedad. A partir de 1894,
trabajó como escribano judicial en un juzgado de Takasaki, una pequeña ciudad a
unos sesenta kilómetros de Tokio. Con su escaso salario, le resultaba difícil
mantener a sus diez hijos. Fue despedido en 1915, pero los amigos que había
conocido a través de su poesía intervinieron y volvió a su puesto. En 1917,
publicó la colección de haiku Kijō kushū.
En 1927, el desafortunado Kijo perdió sus
posesiones y su casa en un incendio.
A menudo se compara a Kijo con
el gran maestro Kobayashi Issa, ya que ambos llevaron una vida llena de penas y
dificultades y su obra se caracteriza por una profunda empatía.
Falleció el 17 de septiembre
de 1938. Dos colecciones de poesía aparecieron póstumamente, Teihon Kijō kushū
(1940) y Kijō haiku hairon-shū (1947).
Primera
mañana de otoño:
el
espejo en el que me miro
muestra
el rostro de mi padre.
En el
momento en que dos burbujas
se
unen, ambas se desvanecen.
Un
loto florece.
Arroz
mezclado con cebada
y ni
siquiera puedo quejarme -
luna
en verano
Una
abeja de invierno
sin
lugar para morir
sigue
caminando
En una
noche de primavera
los
hijos del poeta
lloran
hasta que quedan dormidos
En la
cara del Buda
su
rostro augusto, aparecen algunas marcas de viruela
la
lluvia de otoño.
Lamentablemente
solo
el
hermoso pato
aparte
de su pareja.
Largo
día de primavera
no
tengo ninguna razón
para
engañarme a mí mismo
Sol de
invierno
mi
propia sombra
bloquea
el camino
Flores
de manzanilla silvestre
empiezo
a llorar
¿de
dónde viene?
Jugando
los niños
comen
bayas silvestres
que
lamentable
Ninguna queja
contra
el arroz y la cebada hervidos
la
luna de verano
Quemando
el campo.
empieza
a llover
gota
tras gota
Los
gorriones bajan volando
al
arrozal
una
corriente de aire
El
aguacero
castigando
el bambú
en las
montañas
El
cielo de otoño
un
pico que rivaliza
el
otro en altura
Caída
de pétalos de cerezo
un
caballo suavemente
se
retuerce las orejas
Cerca
de casa
caen
flores de cerezo secas
sobre
el paraguas
Sol
poniente
las
hojas de tabaco cuelgan sobre
la
pared enlucida
Si
pierdo la fuerza de voluntad
moriré
en este
calor
abrasador
El
camino por delante
parece
interminable
viento
de otoño.
Noche
de verano
en la
distancia
un
cometa
Una
gran araña
cruza
el espacio
entre
los árboles
La
nieve persistente-
en los
pinos
un
viento rugiente.
Niebla fría
todo
con forma
cobra
vida
Fondo
del estanque
un
motín
de
renacuajos
Un
sapo
se
mezcla con los colores
del
atardecer
Sol de
primavera
encaramado
en lo alto
un
gallo de cola larga.
Fuentes consultadas:
https://thehaikufoundation.org/omeka/items/show/4932
https://en.wikipedia.org/wiki/Murakami_Kijo
https://everything2.com/title/Murakami+Kijo
Buenos días, Leti.
ResponderEliminarImpresionantes haikus, revelan una vida muy dura, pero tomada con aceptación.
Tienen sabor a soledad, melancolía y mucha atención.
Muchas gracias por compartir. Un abrazote
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias a ti por pasar por aquí y dejar tu comentario, un abrazo.
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