jueves, 21 de julio de 2022

 

HAIKUS DE FUSEI TOMIYASU   

 

Nubes de primavera:

su leve blancura

ya es pasado



 

Fusei Tomiyasu (1885 - 1979) nació en la prefectura de Aichi.

En mayo de 1937 se retiró como viceministro de comunicaciones tras 27 años de servicio en el Ministerio de Comunicaciones.

Famoso miembro del Grupo de Haiku Hototogisu, de la prefectura de Aichi. Posteriormente fundó la "Asociación de Haiku de la Universidad de Tokio", Toodai Haiku Kai con Mizuhara Shuoshi y Yamaguchi Seishi. Todos ellos fueron alumnos de Takahama Kyoshi.

 

 




Esparciendo hojas de gingko

el débil sonido del viento

lejos

 

 

 

Plantas de mijo -

agradable verdor para

mis ojos cansados.

 

 

 

Cerezos en la noche,

si más me alejo

más vuelvo a mirarlos.

 

 

Las llanuras de Kibi -

parece un buen lugar para

trabajar en los bosques de la montaña

 

 

 

Sigo viendo

la danza Naniwa pero

estoy cansado del viaje

 

 

 



El día de Año Nuevo

el monte Fuji presenta una figura brillante

sobre las colinas del té.

 

 

 

Lluvia en el camino -

los uguisu mochi

¿ya están a la venta?

 

 

 

Amo el resto de mi vida

aunque sea transitoria

como una gloria matutina de color azul claro.

 

 

 

A los jirones que caen

de flores una carpa abre su boca:

ha llegado el verano.

 

 

 

En la gasolinera

un Pegaso rojo brillante...

lluvia de primavera.

 

 

 

Un tallo de lirio

concentrando toda su fuerza

en un capullo.

 

 

 

Como un padre

y también como una madre

el enorme árbol del verano.

 

 

 

Tomándolo en la mano

Y dejándolo ir,

¡qué larga es la rama de la lespedesa!

 

 

Alegría,

un poco de soledad

y la vieja primavera.

 

 

Las flores del cerezo
caen y acarician
las ramas secas.

 

 

La calma,

una posada en otoño,

y el sonido del agua.

 

 

Desde la ventana del auto,

una montaña lejana—

Viaje de otoño.

 

 

 

Leve ventolera al final del otoño—

Pasa un año completo

por el jardín.

 

 

 

Estas dos cigarras—

Se cantan la una

a la otra.

 

 

la libélula

en lo más alto del pino—

¡Qué lindo día!

 

 

 

Se detiene

el sonido del gong.

Cantan los insectos.

 

 

 

Detrás

del enorme tronco,

un mar de niebla.

 

 

 

Luna sobre el humedal—

Recuerdos de un Tokio

lejano.

 

2 comentarios:

  1. Qué hermosos haikus, amiga Leti, me han encantado.
    Muchas gracias por todo lo que compartes.
    Un abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias a ti Grego por pasar por aquí y por tus palabras.

      Un abrazo.

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